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La iglesia con la que casi acaba el antiguo Bronx en Bogotá

25 de marzo de 2018
La iglesia con la que casi acaba el antiguo Bronx en Bogotá

Por más de 30 años la basílica del Voto Nacional estuvo en el olvido. La iglesia, a la que cada año llegaba el presidente de turno para consagrar el país al Sagrado…

 

Detrás de esta iglesia hay una larga historia. Su construcción fue concebida en 1902, en la presidencia de José Manuel Marroquín, quien propuso edificar un templo para consagrar al país a los santos y rogar por la paz, ya que para entonces Colombia sufría la Guerra de los Mil Días. La propuesta fue bien acogida y la basílica comenzó a construirse en un terreno donado por Rosa Calvo Cabrera, sobre un exclusivo sector en el centro histórico, entre las calles 10 y 11, las mismas que llevan a la Plaza de Bolívar. (Lea: Una nueva cara para la deteriorada Plaza del Voto Nacional)

La construcción estuvo a cargo del arquitecto Julián Lombana, quien también hizo la basílica de Lourdes, el Palacio Liévano, la Casa de Nariño y el Castillo Marroquín; los vitrales y las obras del techo y las paredes las pintó el bogotano Ricardo Acevedo, y el altar de mármol lo trajeron de España. No escatimaron en gastos.

La iglesia fue terminada en 1938 y, bajo el cuidado de los claretianos, se convirtió en una de las más importantes del país. No obstante, con los años, el sector tuvo una transformación y deterioro. Primero se convirtió en una especie de terminal de transportes, donde descargaban sus productos los comerciantes de abastos de la Plaza España, lo que generó que sus habitantes migraran y el barrio se volviera una zona de inquilinatos. (Lea: Un año después del Bronx)

Luego, con el crecimiento de la ciudad, se construyó la avenida Caracas justo al frente del Voto Nacional, que prácticamente la excluyó del tradicional centro histórico. Sin embargo, lo que más la afectó fue el Bogotazo, al ser una de las zonas más golpeadas por los desórdenes. Esto atrajo la indigencia, que dio pie al surgimiento del Cartucho y, años más tarde, a la temida zona del Bronx.

Todo esto llevó a que en 1971 la tradicional ceremonia, en la que se consagraba al país al Sagrado Corazón, se trasladara a la Catedral Primada. Allí se realizó por 20 años, hasta los 90, cuando la Constitución Política declaró al país laico y una tutela dejó sin validez el ritual. Estos hechos dejaron a la basílica del Voto Nacional en el olvido.

El cambio

A pesar de su belleza e importancia, hoy para muchos sería impensable ir al Voto Nacional. A pesar de que el Bronx desapareció, la percepción de inseguridad se mantiene. Para otros, que transitan a diario por el sector, no la visitan porque desconocen su importancia y su historia. No saben, por ejemplo, que en esa plaza fusilaron a varios próceres como Jorge Tadeo Lozano (sus restos están en la iglesia), Camilo Torres y Francisco José de Caldas.

Por eso, y para devolverle su carácter y cambiar su imagen, desde 2015 comenzó un trabajo de restauración. Según Mauricio Uribe, director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), ese año surgió la idea de recuperar la basílica en medio del proceso de paz, ya que su construcción se concibió en un contexto similar.

La adecuación comenzó con la restauración de la parte posterior del templo, donde inicialmente mejoraron las redes eléctricas e intervinieron la estructura en general, que amenaza con colapsar debido a las filtraciones de agua. Esta fase, que costó $3.499 millones, obligó a cerrar la iglesia, que sólo se usará para eventos especiales. Hoy, gracias al avance de los trabajos, de nuevo la abrirán para sus fieles, quienes podrán asistir en Semana Santa. Eso sí, una vez termine la celebración religiosa, el Voto Nacional se cerrará de nuevo, para continuar con los trabajos de restauración.

Según el IDPC, lo que falta es remodelar la estética interior, tarea en la que se destinarán $7.700 millones, y que terminará en 2019. Este año se concentrarán en los vitrales y las pinturas, que se encuentran en los techos de la iglesia. Asimismo, se concentrarán en la cúpula y el altar que, de acuerdo con el IDPC, será la parte más costosa y compleja, ya que la primera necesita reforzamiento y se deben restaurar el altar mayor, que fue hecho en bronce, mármol y madera, así como la custodia, que mide 15 metros y es considerada la más grande del mundo. Una vez terminen estas tareas, en 2020 el Voto Nacional reabrirá definitivamente sus puertas.

Si bien el país ya no se consagra al Sagrado Corazón de Jesús, la basílica menor del Voto Nacional guarda parte de la historia de Bogotá, y es sin duda uno de los grandes sobrevivientes de la transformación de la ciudad. Ahora la iglesia que tiene en su interior más de 200 veces escrita la palabra paz, será para el Distrito un símbolo y la joya de la corona en medio de los planes de renovación que se tienen para esta zona que por años estuvo en el olvido.

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