En la capital colombiana, emotiva despedida al maestro Fernando Botero Angulo
Tras permanecer en cámara ardiente en el salón elíptico del Capitolio Nacional, este lunes 25 de septiembre, a las 11 de la mañana, en la Basílica Metropolitana de Bogotá – Catedral Primada de Colombia, familiares; autoridades civiles, militares y de policía; sacerdotes; religiosos; y comunidad en general dieron el último adiós a uno de los colombianos más universales, orgullo de esta patria.
Durante la solemne eucaristía, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, destacó el aporte del maestro Botero a la nación y al mundo, lo describió como un “hombre de bien, genio de manos laboriosas y corazón generoso; orgullo de Colombia.
“Con su obra pictórica y escultórica nos ofrece otra manera de vernos: volúmenes grandes y formas exuberantes, que combinan belleza estética y crítica social”.
Su vida y su obra, afirmó el cardenal electo, “hablan de su travesía por la senda de la belleza, y nos anima a seguirla como oportunidad preciosa para encontrarnos como colombianos, reconocernos, reconciliarnos y vivir… El maestro Fernando Botero con su obra nos llama a vivir la policromía que somos y la grandeza del pueblo que podemos llegar a ser”.
Un connotado hijo de la Patria
“Damos gracias a Dios por la persona, vida y obra del maestro Fernando Botero Angulo quien, en medio de las alegrías y dramas que nos han acompañado como pueblo, supo plasmar en sus obras la belleza de lo cotidiano y el gusto por las alegrías auténticas de la vida. El dolor, el sufrimiento que causan nuestras contradicciones como personas y como pueblo. El valor de nuestras raíces comunes, y sobre todo la esperanza de tiempos mejores…”.
Finalmente, el prelado se refirió a la manera como el legado de este artista (pintor, dibujante y escultor), se encuentra con la belleza, que es Dios, y con la verdad que “traen el gozo al corazón del ser humano; y es un fruto precioso, que resiste el paso del tiempo, que une las generaciones”.
“Si hay belleza es porque Dios es hermoso y nos la da. El contacto con la belleza siempre nos impulsa hacia arriba; la belleza nos hace ir más allá. Ella, la belleza, puede suscitar y sostener la fe. Ella es un camino para ir a Dios”.
Acompañaron la solemne eucaristía: monseñor Germán Medina Acosta, obispo auxiliar de Bogotá, los vicarios episcopales, sacerdotes y religiosos. También, los obispos de Engativá y Facatativá, monseñor Francisco Antonio Nieto Súa y monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla, respectivamente.
Participó el Coro Nacional y la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.
“Que la belleza infinita de la casa de Dios Padre lo acoja por siempre”.
Un legado que trasciende fronteras
Fernando Botero, considerado el artista colombiano más internacional de todos, falleció el pasado 15 de septiembre a los 91 años.
Su obra, en la que exploró el volumen, la anatomía y la figura humana hasta sus últimas consecuencias, llegó a países como Estados Unidos, Francia, China y España, lo que habla de un artista que deja un legado que perdurará en la historia del arte nacional.
Nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín. Comenzó a pintar desde que estaba en el colegio y en 1948.
A los 16 años, tuvo su primera exposición colectiva con otros artistas antioqueños. Luego, mientras estudiaba en Marinilla y luego en Bogotá, siguió pintando e incluso vendía ilustraciones a la prensa y apoyaba como escenógrafo a compañías de teatro, como la española Lope de Vega, que a comienzos de los años 50 pasó por Antioquia.
El tiempo, sin embargo, situaría a Fernando Botero como el artista colombiano más importante del siglo XX en Colombia, tal vez junto a Alejandro Obregón.
Continúan los homenajes y honras fúnebres
En horas de la tarde, de este lunes, el Museo Botero del Banco de la República preparó una ceremonia e intervención musical en el recinto que alberga las 208 obras que el maestro donó de su propia autoría y de su colección privada de artistas internacionales.
En la noche, los restos mortales del maestro Fernando Botero estarán en Medellín. Por eso desde el Museo de Antioquia preparan una cámara ardiente en honor al artista.
Al finalizar estos homenajes, el cuerpo del maestro y su féretro serán revisados para su posterior cremación y traslado a Italia, en donde reposarán sus restos.
A continuación, homilía en las exequias del maestro Fernando Botero:
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