El cardenal Luis José Rueda llama a la Iglesia colombiana a la acción misionera
El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, presidió la primera eucaristía del XIII Congreso Nacional Misionero, que se lleva a cabo del 5 al 7 de julio en la sede de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. Este evento, que reúne a misioneros y fieles de todo el país, busca renovar el compromiso de la Iglesia colombiana con la misión evangelizadora y la construcción de una comunidad de fe viva y participativa.
En su homilía, el purpurado subrayó la importancia de la sinodalidad como fundamento de la acción misionera: "Queridos hermanos y hermanas, este Congreso Nacional Misionero expresa el sueño de la Iglesia, pueblo de Dios en Colombia. Un sueño de avanzar de manera concreta y real en el camino propuesto por el papa Francisco: por una Iglesia sinodal, en comunión, participación y misión,"
El cardenal Rueda Aparicio destacó la relevancia de la palabra de Dios como base de la misión, recordando las enseñanzas del profeta Isaías y el evangelio de san Mateo. "La palabra, la buena nueva revelada, es el fundamento, el alimento y la fuerza de la misión de la Iglesia," enfatizó. "En medio de las tinieblas y el sufrimiento, el mensaje de Dios trae paz y esperanza a su pueblo."
En su mensaje, también, abordó la difícil situación que enfrenta Colombia, describiendo un panorama de desaliento y pesimismo que, sin embargo, puede ser transformado por la acción misionera. "En medio de esa dura situación, llega un mensajero, un portador de esperanza y de paz. Eso quiere ser este congreso y la iglesia en cada parroquia, en cada pequeña comunidad de este país," expresó.
El cardenal Rueda Aparicio señaló dos certezas fundamentales para la labor misionera: la cercanía del Señor y la confianza que Dios tiene en cada misionero. "Cuando descubrimos su presencia, esa presencia permanente que camina junto al misionero, nos saca de la angustia y del miedo," afirmó. Asimismo, resaltó la importancia de la confianza en el Padre del Cielo, para ir a las periferias existenciales y geográficas, llevando un mensaje de esperanza y paz.
El punto culminante de su homilía fueron las tres consideraciones esenciales que el cardenal planteó para la comunidad misionera:
- Sentirse amados por Dios: "La misión es un camino de hijos que se sienten amados," dijo el cardenal. Explicó que al sentirnos amados por el Padre somos capaces de anunciar ese amor y misericordia a los demás. "El Padre nos espera siempre con la túnica nueva del amor bautismal, el anillo de la fidelidad comunitaria y las sandalias del pueblo de Dios en salida".
- Servir con sencillez al estilo de Jesús: El cardenal Rueda Aparicio destacó que "la misión es un camino de hermanos sencillos al estilo de Jesús." Jesús no vino a ser servido sino a servir, y esa es la esencia del misionero. "Jesús compartió el anuncio del Reino con todos nosotros y lo comparó con un sembrador que esparce la pequeña semilla en toda clase de terrenos. Así de simple, así de sencillo".
- Construir una Iglesia acogedora, guiada por el Espíritu Santo: "La misión es un camino de familia y en familia," afirmó el cardenal. Subrayó, además, la importancia de una Iglesia sinodal, tejedora de múltiples hilos en la unidad desde la diversidad. "Esto se logra solamente si dejamos obrar al Espíritu Santo, el protagonista verdadero y profundo de la misión."
Con estas tres consideraciones esenciales como guía, la Iglesia colombiana se prepara para avanzar en su misión evangelizadora con renovado ardor misionero y esperanza.
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