Colombia prepara renovación de su consagración al Sagrado Corazón de Jesús
La ceremonia será presidida por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.
Algunos obispos, junto con los sacerdotes, religiosos y religiosas presentes, tendrán la tarea de consagrar a las familias, a las comunidades parroquiales y a toda la nación a Cristo Jesús.
La santa misa será transmitida por los canales digitales de la Conferencia Episcopal de Colombia @Episcopadocol.
Subsidio litúrgico para la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
Para la vivencia de esta solemnidad en la que se celebra el misterio del amor y misericordia de Dios Padre que, en el corazón de su Hijo Jesucristo, nos ha acogido y congregado como pueblo santo, el Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), ha preparado un subsidio litúrgico que servirá de apoyo para la celebración eucarística. Contiene lo siguiente:
I. Santa Misa: Guía para la celebración de la Eucaristía.
II. Oración de Consagración de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús y Oración universal o de los fieles.
III. Rito para la Consagración del país al Sagrado Corazón de Jesús en el ámbito familiar o en otras instituciones.
IV. Acto de consagración de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús
V. Letanías del Sagrado Corazón de Jesús
Colombia consagrada al Sagrado Corazón
La primera Consagración al Sagrado Corazón de Jesús tuvo lugar en Colombia en 1902 por iniciativa del entonces arzobispo de Bogotá, monseñor Bernardo Herrera Restrepo, como súplica por el fin de la "Guerra de los Mil Días", que estalló en 1899.
Después de tres años de guerra sangrienta y destructiva, la situación del país empeoraba día a día y amenazaba con convertirse en una verdadera catástrofe nacional.
El entonces arzobispo pidió al Jefe de Estado, José Manuel Marroquín, que acudiera al Sagrado Corazón de Jesús para unir a los colombianos. El 22 de junio de 1902, la República de Colombia fue consagrada al Sagrado Corazón de Jesús y se colocó la primera piedra de la Iglesia del Voto Nacional.
Cinco meses después de la consagración, el 21 de noviembre de 1902, se firmó el Tratado de Winsconsin, que puso fin a la guerra, iniciando un periodo de paz y armonía nacional.
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