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Claves para usar el escapulario de la Virgen del Carmen

15 de julio de 2024
escapulario
Imagen:
Opus Dei
La devoción del escapulario del Carmen ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales

Y temporales”, decía el venerable Papa Pío XII. No es un amuleto. No es un amuleto ni una garantía automática de salvación o una dispensa para no vivir las exigencias de la vida cristiana.

“Tú preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados? Yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu escapulario”, advertía San Claudio de la Colombière. 

Era un vestido

"Escapulario" viene del latín scapulae, que significa “hombros”. Originalmente era un vestido superpuesto que caía de los hombros usado por los monjes en el trabajo. Los carmelitas lo asumieron como muestra de dedicación especial a la Virgen, buscando imitar su entrega a Cristo y al prójimo.

Es un regalo de la Virgen

Según la tradición, el escapulario, tal como se conoce ahora, fue dado por la misma Virgen María a San Simón Stock el 16 de julio de 1251. María le dijo: “Debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno”. Más adelante la Iglesia extendió el escapulario a los laicos.

Es un hábito en miniatura

Es como un hábito carmelita en miniatura que todos los devotos pueden portar como muestra de su consagración a la Virgen. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color marrón o café. Una se pone sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se suele usar bajo la ropa.

Es un uniforme de servicio

San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia, decía: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios".

Tiene tres significados

El amor y la protección maternal de María, la pertenencia a María y el suave yugo de Cristo que Ella nos ayuda a llevar.

Es un sacramental

Es reconocido por la Iglesia como un sacramental, es decir, un signo que ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. El escapulario no comunica gracias como lo hacen los sacramentos, sino que dispone al amor del Señor y al arrepentimiento si se recibe con devoción.

Puede ser dado a un no católico

Cierto día le llevaron a San Stock a un anciano moribundo, quien, al recobrar el conocimiento, le dijo al santo que no era católico, que usaba el escapulario como promesa a sus amigos y rezaba una Ave María diariamente. Antes de morir recibió el Bautismo y la Unción de los enfermos.

Fue visto en una aparición de Fátima

Lucía, la vidente de la Virgen de Fátima, reportó que en la última aparición (octubre de 1917) María se apareció con el hábito carmelita y el escapulario en la mano, y recordó que sus verdaderos hijos lo llevan con reverencia. Asimismo pidió que los que se consagren a Ella lo usen como signo de dicha consagración.

El escapulario que no se dañó

El Beato Papa Gregorio X fue enterrado con su escapulario, y 600 años después, cuando abrieron su tumba, el objeto estaba intacto. Algo similar pasó con San Alfonso María de Ligorio. San Juan Bosco y San Juan Pablo II también lo usaban y San Pedro Claver investía con el escapulario a los que convertía y preparaba.

Cualquiera no lo puede imponer

La imposición del escapulario se debe hacer preferentemente en comunidad y en la celebración debe expresarse claramente el sentido espiritual y de compromiso con la Virgen.

El primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote y puesto sobre el devoto con la siguiente oración: "Recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado, y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna".

Sólo se bendice el primero que recibes

Cuando se bendice el primer escapulario, el devoto no necesita pedir la bendición para escapularios posteriores. Los ya gastados, si fueron bendecidos, no se deben echar a la basura, sino que es mejor quemarlos o enterrarlos como signo de respeto.

Fuente:
ACI Prensa
Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
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