Una comunidad alegre, una comunidad que participa

La parroquia Nuestra Señora del Consuelo, se encuentra ubicada en el barrio Barrancas en la localidad de Usaquén y hace parte de la Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericordioso.

Historia de la parroquia

Para la década de los 60, Barrancas, un Barrio de carácter rural con 2.000 habitantes aproximadamente, carecía de zonas de recreación, colegios, presencia del cuerpo policial. Los habitantes del barrio se reunían en las casas, leían la Palabra y partían el pan. Es así como surgen dos ideas fundamentales. La primera, el deseo intenso de los habitantes de la comunidad de tener un lugar exclusivo para su encuentro con Dios y con la comunidad. La segunda, el constante crecimiento de la comunidad cristiana, que llegó a un punto en el que no era posible celebrar las Eucaristías dentro de las casas, pues era tal la cantidad de personas que asistían a la participación de este Sacramento, que muchas personas quedaban en la parte exterior de la casa y no podían escuchar con claridad el anuncio del evangelio.

En 1976 la señora Bertha Hernández de Piñeros, donó una parte de la hacienda heredada de su padre para la construcción del templo con la situación de que la parroquia tuviese el mismo nombre de la hacienda, Nuestra Señora del Consuelo. De acuerdo al acta proferida por la Junta Cívica Pro-Templo, del día 4 de noviembre de 1977, bajo la presidencia del señor Roque Pérez.

El entonces, señor cardenal y arzobispo de Bogotá, Aníbal Muñoz Duque,  conocedor de las condiciones del barrio, de su comunidad y de la necesidad de atención espiritual de sus habitantes resolvió en Abril de 1977 manifestar en una carta dirigida al señor Roque Pérez lo siguiente: "Le ruego agradecer a la junta que está promoviendo la construcción del templo para los barrios Milán y otros. Les encarezco en primer lugar mantener su espíritu y vida y obra de comunión con la parroquia y con el señor Vicario. Esta es la mejor disposición para alcanzar las gracias del Señor."

Es así, como el 26 de Junio de 1983 el señor cardenal Aníbal Muñoz Duque, inauguró y bendijo la primera piedra para el templo parroquial de Nuestra Señora del Consuelo en una misa campal que contó con la asistencia de los fieles y vecinos.

Actualidad

Actualmente, se encuentra como su párroco desde hace ya casi cinco años el padre Mauricio Chinchía Arias. Ha trabajado incansablemente estos años por el bienestar de su comunidad y por llevar la palabra de Dios a cada rincón de su territorio.

“Bastante heterogénea todavía en su conformación, no podemos decir que tenemos solamente población adulta, hay muchos jóvenes en la parroquia,  también tenemos un grupo grande de niños que se están preparando para la primera comunión” indica el padre Mauricio.

La parroquia cuenta con grupos muy activos en diferentes áreas:

• Encuentro matrimonial
• Infancia misionera
• Grupo de jóvenes Yanuvid
• Legión de María
• Catequistas
• Música y canto
• Grupo de los lectores
• Ministros de la comunión
• Iniciación cristiana que propone el camino Neocatecumenal
• Grupo de Scout

Entre otros…

Es una comunidad comprometida con su parroquia y su párroco, que participa activamente “Con ellos intentamos atender,  no a la totalidad de la población pero sí llegar a una gran parte de ella,  para que su adhesión a la persona de Cristo vaya incrementándose día a día como nos los propone el Plan de Evangelización Se nota una presencia de la Iglesia permanente y constante durante estos 40 años y fruto de esa presencia a través de los diferentes párrocos que ha acompañado a la comunidad, hay una adhesión que se nota que va creciendo en la persona de Cristo, una comunidad alegre, una comunidad que participa”.

El padre Mauricio se siente feliz por estos cinco años que lleva acompañando esta comunidad  “Yo he estado realmente contento y feliz.  Pienso que hemos ido madurando pastoralmente, es una es una parroquia que te exige la presencia del párroco constantemente.  El cariño de la gente hay que retribuirlo también siendo cercanos y estando con ellos en los momentos difíciles   en los celebrativos.  Entonces eso hace que uno se vaya encariñando enamorándose realmente haciéndose uno con la parroquia”.