San Antonio de Fosca: una devoción que mueve pueblos y corazones

En medio de las montañas que resguardan con celo la tradición, fe e historia de los pueblos del oriente de Cundinamarca, miles de peregrinos llegaron a Fosca para celebrar, en este Año Jubilar de la Esperanza, la fiesta patronal de San Antonio de Padua. Un santo profundamente amado en esta región y cuya presencia, según la tradición, dio origen a este municipio enclavado a 63 km de Bogotá.

Image

El corazón de la celebración fue la parroquia San Antonio de Fosca, acompañada pastoralmente por el padre Hernán Humberto Zapata Suaza, quien desde su vivencia pastoral compartió la historia, el significado y el impacto espiritual de esta fiesta para la comunidad local y para quienes llegan cada año desde distintos puntos del país.

Image

Una imagen hallada en la montaña que hace historia

La imagen de San Antonio de Padua venerada en este lugar no fue traída desde lejos. Según cuenta el padre Zapata, “fue encontrada en el año 1536 por una indígena en la cascada de San Antonio, a 17 km del actual casco urbano”. Desde entonces, la devoción creció de forma tan significativa que incluso marcó el nacimiento del municipio.

“Fosca tiene dos momentos de su nacimiento: el religioso y el civil. El religioso comienza con el hallazgo de la imagen. Se dice que cada vez que la trasladaban, San Antonio volvía a aparecer donde los indígenas. Hasta que un señor, a punta de ramalazos, lo trajo definitivamente para acá. Desde entonces, San Antonio nunca más volvió a salir”.

Image

Este relato ha tejido una identidad comunitaria fuerte. “A partir de esa entronización, comienza a surgir lo que hoy se llama el municipio de Fosca, cuyo nombre, en lengua indígena, significa ‘cueva del zorrillo’”, añade el párroco.

El momento civil precisa que el municipio fue fundado oficialmente el 13 de marzo de 1594 por Juan de Céspedes. A lo largo de los siglos, Fosca ha mantenido sus tradiciones y se ha desarrollado como un importante centro agrícola y ganadero de la región.

Image

Una fiesta que es patrimonio y encuentro de fe

Desde finales del siglo XVIII, la comunidad celebra esta fiesta patronal con gran fervor. “Ya hacia 1780-1790 se empieza a registrar esta celebración como la vivimos hoy”, explica el sacerdote. Y no se trata solo de una manifestación religiosa: “Es patrimonio cultural del departamento de Cundinamarca desde 1999, gracias a una ordenanza de la Gobernación”.

Hoy, Fosca cuenta con cerca de 11 mil habitantes y una riqueza geográfica única. “Tenemos todos los pisos térmicos. Desde el páramo de Sumapaz, a casi 3 mil metros, hasta zonas cálidas cerca de la autopista Bogotá–Villavicencio”, comenta el padre Hernán.

El Jubileo de la Esperanza en el corazón del oriente

Este 2025, en el marco del Año Santo convocado por la Iglesia, la fiesta de San Antonio cobró un sentido aún más especial: se vivió como una celebración jubilar.

“Tuvimos un encuentro con el cardenal Luis José Rueda Aparicio, y aunque nuestra parroquia no es templo jubilar, él nos concedió la posibilidad de que, durante las eucaristías de la fiesta, los peregrinos pudieran obtener la indulgencia plenaria. Fue una sorpresa muy bonita para todos nosotros”, relata con gratitud el párroco.

Un encuentro profundamente espiritual y comunitario

La fiesta patronal con tono jubilar inició nueve días antes con la novena por las veredas a San Antonio, conocido como el santo patrono de los pobres, de los marineros y pescadores, de los sacerdotes y viajeros, protector y guardián del correo y hacedor de milagros.

En estos nueve días llegaron al municipio más de 15 mil peregrinos de veredas y poblados cercanos, de Bogotá, Villavicencio y Santander. El día de la gran celebración acompañaron los sacerdotes del arciprestazgo 4.1 de la Vicaría Episcopal Territorial San José, que cobija los territorios de UNE, Cáqueza, Gutiérrez, Quetame, Puente Quetame y Guayabetal. También se unieron, para confesar y acompañar espiritualmente a los peregrinos, sacerdotes de Villavicencio. 

“Sabemos de la oportunidad que tenemos como Iglesia para evangelizar a todo este pueblo que llega con tanta fe”, señaló el padre Zapata.

Image

El 13 de junio, día central de la fiesta patronal y jubilar, durante la mañana se celebró la santa misa cada hora brindando la oportunidad a los peregrinos de acceder a la indulgencia plenaria, cumpliendo las condiciones establecidas para dicha gracia.

Image

La eucaristía central se llevó a cabo a las 12 del mediodía bajo el sol abrasador de las montañas que se alzan en medio de una rica diversidad de flora y fauna.

Presidió esta misa el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá Alejandro Díaz, quien se refirió a lo que representa San Antonio para la Iglesia universal, un santo intercesor y milagroso.

Image

El prelado, tras manifestar la alegría de encontrarse con esta comunidad, exhortó a los peregrinos a “pedir a Dios, por intercesión de San Antonio, aumentar nuestra fe en Jesús”. 

En su homilia evocó una serie de milagros del santo, ampliamente conocidos, como el milagro de la mula que adoró la eucaristía, dando paso a la conversión de un profundo incrédulo y pecador y de muchos presentes; el milagro de la predicación a los peces que los hizo saltar, reconociendo el valor de la Palabra de Dios; el de los esposos; y otros más, invitó a pedir, de manera especial, la intercesión de San Antonio de Padua para que:

 “Podamos recuperar las cosas de valor espiritual y humano perdidas como la alegría, la salud, la fe…”

“Para que se fortalezca la unión familiar, se logre la armonía y la paz en los hogares, en las comunidades, en Colombia (…) Para que nos aleje de todo lo que divide”.

“Para que obre en nosotros el milagro de abrir el corazón a Dios… que nos conceda el don de una fe viva, grande…”.

Image

La celebración este día cerró con la misa por los enfermos a las 3 de la tarde. Como particularidad, la celebración tuvo un tinte espiritual y cultural, sin alcohol ni presentaciones musicales, solo piedad, oración y rescate de la cultura y tradición de la zona.

 “Estamos peregrinando por la esperanza”

La fiesta de San Antonio en Fosca no es un evento más en el calendario litúrgico. Es un encuentro de espiritualidad, cultura y memoria, donde no hay espacio para espectáculos, sino para el silencio, la oración y la reconciliación.

Image

En medio de la celebración, el padre Hernán dejó un mensaje claro y esperanzador:

“Estamos peregrinando por la esperanza, y este es el momento de orar por Colombia. Cuando vino el papa Francisco nos llamó a ser artesanos de paz. Hoy, más que nunca, necesitamos un país más fraterno, más solidario, más cristiano. Que todos los que nos visitan oren por la paz, especialmente en este momento tan delicado para nuestra nación”.

Image

Así, en un pequeño pueblo de Cundinamarca, la fe sencilla de sus habitantes y el eco de una imagen encontrada hace siglos siguen reuniendo a miles para recordar que, en medio de las dificultades, la esperanza sigue caminando.

A continuación, el padre Hernán Zapata amplía detalles sobre esta celebración: