¡Por fin, mí Inmaculado Corazón triunfará!
En esta fecha recordamos el día de su primera aparición en Cova de Iría, Fátima, Portugal, en 1917. Y, así se vivió este viernes 13 de mayo de 2022, en la Catedral Primada de Bogotá, luego de terminado el rezo del Santo Rosario, se llevó a cabo, la sagrada eucaristía, a las 12:00 del medio día. Feligreses, comunidades marianas, y los Caballeros de la Virgen también conocidos como los Heraldos del Evangelio, se hicieron presentes y presidieron esta celebración.
Recordemos las palabras que dirigió la Virgen María a los 3 pastorcitos en una de sus apariciones; “No tengáis miedo. No os haré daño”, les dijo María a Lucía, Jacinta y Francisco, los niños pastores que la contemplaron con temor al verla aparecer por primera vez, como aquella señora vestida de blanco, más brillante que el sol.
Luego del impacto inicial, nuestra dulce Madre les dijo que venía del Cielo y les pidió que volvieran a aquel lugar, el día 13 de cada mes a la misma hora, por seis meses seguidos. La Madre de Dios les preguntó:
“¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?". Los pequeños le respondieron que sí, por lo que la Virgen, con ternura, les advirtió que sufrirían mucho porque los pecados de los hombres eran grandes, pero que la gracia de Dios los fortalecería siempre. La Señora abrió sus manos y una fuerte luz los cubrió; cayeron de rodillas y empezaron a decir con humildad: “Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento”.
Las apariciones de “Nuestra Señora en Fátima”, son consideradas como las más proféticas apariciones de los últimos tiempos
La Virgen de Fátima finalmente les dijo: “Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”. Luego se elevó. Recordemos que eran tiempos en los que se desarrollaba la primera guerra mundial, y en los que el comunismo empezaba a acechar al mundo.
En los siguientes meses, los niños acudieron a las citas con la Señora, pero eso también les valió pasar por burlas, calumnias, amenazas e incluso la cárcel, dada la incomprensión de la gente. Poco después, Francisco y Jacinta fallecieron víctimas de penosas enfermedades
Con el tiempo, la Iglesia reconoció el testimonio de los niños y la veracidad de las apariciones milagrosas de la Madre de Dios, al tiempo que la devoción a la Virgen de Fátima se expandía por todo el mundo.
Varias décadas más tarde, San Juan Pablo II consagró Rusia -nación esclavizada en una ideología contraria a Dios y al ser humano, denominada comunismo- al Inmaculado Corazón de María, tal como había sido el pedido de la Madre de Dios.
El Papa Peregrino también beatificó a los videntes Jacinto y Francisca en el año 2000, con la presencia de Sor Lucía, quien fallecería unos años más tarde, en 2005. Lucía fue la última sobreviviente de los pastorcitos de Fátima, quien consagró su vida a Dios como religiosa.
Algunos pedidos que la Virgen de Fátima hizo a los pastorcitos
Sor Lucía cuenta en la “cuarta memoria” que la Virgen, en la aparición del 13 de julio de 1917, les recomendó: “Sacrificaos por los pecadores, y decid muchas veces, en especial cuando hagáis algún sacrificio: Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”. Luego María insistió:
“Cuando recéis el rosario decid, al final de cada misterio: Oh Jesús mío, perdonadnos, libradnos del fuego del infierno, llevad al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia”.
En el año 2017, el Papa Francisco viajó a Fátima por los 100 años de las apariciones y la canonización de los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto.
Hoy, de nuevo, en la Catedral Primada de Bogotá, en presencia de más de 500 personas que acudieron a este templo emblemático, referente de la capital y del país, se coronó, una vez más, a la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de Fátima, como la “Reina Universal”.
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