Peregrinos y profetas de esperanza
Con la asistencia activa de más de 900 personas entre laicos y sacerdotes de las 300 parroquias que conforman esta Iglesia particular. El encuentro que se desarrolló durante cinco días consecutivos, iniciando de manera virtual el lunes 18 hasta el 20 de noviembre y continuando de forma presencial en el auditorio del colegio Nuestra Señora del Pilar, sede chapinero, con jornadas de media mañana, acompañadas por el invitado- conferencista el padre español Santiago Guijarro.
La asamblea eclesial arquidiocesana 2024, en su último día abordó el tema de la salida misionera en modo evangelizador, en esta ciudad región. Con la mirada de Jesús, en salida misionera, actitud que permitió tomar mayor conciencia de la corresponsabilidad en la misión de la arquidiócesis y del valor de la presencia y testimonio en medio de la vida cotidiana de quienes habitan en la ciudad capital.
Caminantes, discípulos y misioneros
El sacerdote Santiago Guijarro oporto, invitado central de la asamblea arquidiocesana es catedrático de Nuevo Testamento en la facultad de Teología de la universidad Pontificia de Salamanca. Durante su carrera, ha ocupado cargos significativos que destacan su liderazgo y contribuciones al ámbito de los estudios bíblicos. Entre 1982 y 1997, fue director de La Casa de la Biblia, período en el que supervisó la elaboración de una nueva traducción de la Biblia que se publicó en 1992. Ha sido director de la asociación Bíblica Española, y miembro de la Real Academia de Doctores de España. Forma parte de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.
Acogiendo la invitación de la arquidiócesis de Bogotá, llegó al país el martes 19 de noviembre y viajo el sábado 23 en horas de la noche, luego de sus aportes, dados desde su experiencia de trabajo y escritos en diversos ámbitos sociales y su labor continua de contribuir a la tarea de anunciar el evangelio.
En su última intervención el padre hizo énfasis en ¿Cómo acompañaron las primeras comunidades el proceso de hacerse cristianos? y dio motivaciones para acompañar a las comunidades, en la actualidad, especialmente desde las parroquias.
“La parroquia, como escenario de encuentro y diálogo, es el ámbito natural en el que se da el crecimiento en la fe y en el que se configura un estilo de vida cristiano. Como responsables y animadores de la vida parroquial, nuestra contribución específica a la tarea común de la evangelización consiste en acompañar los procesos a través de los cuales los que han aceptado el evangelio se van haciendo cristianos”. Expresó el padre Guijarro.
Muchas reflexiones en torno a cómo ser realmente unos discípulos misioneros, transmisores de esperanza y coherentes en la vida de fe, planteó el padre español. “Por eso miremos al modo no solamente de vivir como cristianos sino realmente de relacionarnos como cristianos. Creo que para mí quiero compartir eso, que haya esa emoción en medio del camino discipular misionero que vamos avanzando guiados por el Espíritu, sea el momento de revisar, de mirar cómo se están dando esas relaciones al interno de nuestras comunidades, nuestras experiencias eclesiales, miradas con ese hermoso espejo de los primeros cristianos que supieron relacionarse como Cristo, en Cristo y para Cristo, entre ellos con las sociedades que tenían, incluso con ese mundo y esa historia que fue transformada con esas semillas de esperanza”. Enfatizó.
Somos Pueblo de Dios en camino
Seguido de la conferencia del padre Santiago, la asamblea se distribuyó por grupos de trabajo donde socializaron y compartieron experiencias a la luz de algunas preguntas orientadoras: ¿Cómo la salida misionera en clave de esperanza aportó al fortalecimiento de la experiencia comunitaria en nuestra parroquia? ¿Qué compromiso asumimos para fortalecer la práctica misionera en nuestro espacio eclesial? ¿Qué necesitamos para lograrlo?
Y, para finalizar, se celebró la sagrada eucaristía, donde presidió el cardenal y arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio y concelebraron los obispos auxiliares de esta arquidiócesis y varios sacerdotes de diferentes parroquias.
Se entregó a la vez, una carta al señor cardenal, pastor de esta iglesia arquidiocesana, donde se recopiló como esta Iglesia particular es un pueblo de Dios en camino, al celebrar también 460 de historia de la arquidiócesis de Bogotá.
“Bajo el impulso y la guía del Espíritu Santo hemos aprendido en nuestra historia de 460 años, la gramática de la sinodalidad. Escuchar, discernir, responder han sido prácticas que de forma acompasada han marcado nuestra manera de ser y de actuar como Iglesia, abandonando el vergonzoso paralelismo en el que corremos el riesgo de caer permanentemente y logrando convergencias evangélicas que nos hacen creíbles”. Se lee en la carta, presentada por el vicario de evangelización, monseñor Daniel Delgado al auditorio.
Carta que también define algunos compromisos establecidos para los sacerdotes, los laicos y consagrados. A la vez que se detalla algunas luces establecidas para lograr una condición discipular misionera en esta Iglesia arquidiocesana.
Se invocó la intercesión de la Virgen María, madre de la Iglesia y a la patrona de la arquidiócesis de Bogotá, Santa Isabel de Hungría, para que sigan acompañando este pastoreo misericordioso, en esta ciudad región.
El cardenal y arzobispo de Bogotá monseñor Luis José Rueda Aparicio, al finalizar la asamblea, agradeció a Dios lo vivido: “El Señor nos ha permitido celebrar durante esta semana La Asamblea Eclesial Arquidiocesana 2024.Damos gracias a Dios Padre por cada participante y por quienes prepararon con lujo de detalles los momentos vividos.
Pedimos al Espíritu Santo que nos conceda la sabiduría para ser Peregrinos y Profetas De Esperanza. Como Pueblo de Dios en camino, estamos llamados a cultivar y proponer las Actitudes Propias De Los Discípulos Misioneros De Jesús.
Que tengamos la Paciencia Activa para servir con perseverancia en los procesos de conversión y de consolidación cristiana, tanto en las personas, como en las comunidades y en el tejido social.
Y el Dios de toda gracia, que nos ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después de un corto sufrimiento nos Restablecerá, nos Fortalecerá nos Robustecerá y nos consolidará. Suyo es el poder por siempre. Amén (1Pe 5, 10 - 11).
Que María, caminante con la Iglesia en los senderos de la evangelización, sea la causa de nuestra alegría. Concluyó.
Fuente Disminuir
Fuente