Misa Crismal: "En salida misionera para sembrar la esperanza"
En la solemne eucaristía, presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de esta iglesia particular, los presbíteros renovaron sus compromisos sacerdotales; y el cardenal Luis José bendijo el santo crisma y los demás óleos usados en los sacramentos.
“La unción con los santos óleos es signo manifiesto de la unidad de todos los fieles en Cristo, de manera que: Cuando se pide por la protección espiritual de los catecúmenos; la salud, el perdón y el consuelo de los enfermos; la comunicación del Espíritu a los neófitos y a los confirmados; y la particular participación de los elegidos en el sacerdocio de Cristo, es el mismo Señor quien lo realiza por medio de las manos de sus ministros”.
Llamados a evangelizar a los pobres y a sembrar la esperanza
Fue la insistencia del cardenal Luis José Rueda Aparicio, quien explicó que “el Espíritu Santo es el protagonista de una unción y de un envío…Es quien otorga la valentía y el gozo misionero… Sólo con su fuerza lograremos recibir y anunciar la Buena Nueva para curar los corazones desgarrados, proclamar a los prisioneros la libertad, a los ciegos la vista, y consolar a los afligidos”.
En esta línea, el también presidente del episcopado colombiano destacó la importancia de que “nosotros, los sacerdotes, nos reconozcamos como “los primeros destinatarios de la misión misericordiosa y liberadora de Jesús”.
Ante el desafío misionero, en medio de una realidad en la que “los signos de degradación humana y social parecieran ser más fuertes que nuestro anuncio del Evangelio de la reconciliación y la paz”, el cardenal animó a sus hermanos en el ministerio recordándoles que “bienaventurado el corazón sacerdotal desgarrado, porque será curado por las manos y la palabra de Jesús crucificado”.
Es en la oración silenciosa “que se abre nuestro corazón misionero…El Señor es nuestra luz y nuestra salvación”, agregó.
“Nuestra aflicción, en tantos momentos de nuestra vida sacerdotal, solo encuentra consuelo en Cristo el Buen Pastor”.
Finalmente, ante la proximidad de la Pascua, les exhortó a vivir con sus comunidades “este año como un tiempo misionero de oración y esperanza”.
Motivos de celebración con sabor misionero
La Misa Crisma 2024 estuvo enmarcada en “diversos motivos de gozo en el Espíritu, así lo destacó el cardenal Luis José, quien manifestó cercanía, oración y alegría ante el nombramiento de monseñor Alejandro Díaz García, vicario episcopal en la VET San Pablo, como nuevo obispo auxiliar de Bogotá: “Monseñor Alejandro, su entrega sacerdotal es una bendición y motivo de alegría … Usted es una buena noticia para la Iglesia en Colombia”, afirmó.
Seguidamente, manifestó gratitud por su testimonio sacerdotal, su servicio pastoral y evangelizador en la Arquidiócesis de Bogotá, a monseñor Luis Manuel Alí, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general del episcopado colombiano, quien ha trabajado por la cultura del cuidado, la protección de menores y personas vulnerables en entornos eclesiales; y quien fue designado por el papa Francisco como nuevo Secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores. Servicio que iniciará en el mes de mayo.
“Nuestro presbiterio arquidiocesano se siente feliz y orgulloso de este nuevo servicio al que ha sido llamado por el Santo Padre. Bendiciones y nuestra oración”.
Acompañaron la solemne Misa Crismal: El nuncio apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli; el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo emérito de Bogotá; monseñor Fabio Suescún Mutis, obispo emérito castrense de Colombia; monseñor Octavio Ruiz Arenas, obispo emérito de Villavicencio; el Consejo Episcopal; el presbiterio arquidiocesano, diáconos, seminaristas, comunidades religiosas y fieles laicos.
A continuación, homilía Misa Crismal 2024:
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