La mayor felicidad de un sacerdote es la vida parroquial

Bodas de Plata, feliz y agradecido con Dios por su infinita misericordia, al haberlo llamado a esta vocación. Vocación que nació solo por amor del Señor, quien se fijó en él, ya que el padre Omar nunca tuvo dentro de sus planes, ser sacerdote. Tampoco de niño fue monaguillo o participó activamente dentro de la Iglesia, todo lo contrario; alejado y distante de la fe.

Sin embargo, la vocación surgió por un llamado especial y lleno de mucha misericordia del Señor, “Yo no fui acólito ni estuve cercano a la Iglesia, soy de padres católicos pero no tuve una participación activa en la vida parroquial, al contrario, éramos fríos e indiferentes en la fe…”. Afirma. Nació en Bogotá, el 12 de julio de 1965, en el hogar conformado por Jaime Cristancho e Isabel Gómez. Estudió Filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana en el año 1994 y Teología en la Pontificia Teresiana de Roma en 1997.

Realizó una maestría en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Javeriana, 1999. Licenciatura en Derecho Canónico también en la Universidad Javeriana en el año 2000 y un Doctorado en Derecho Canónico en esta misma Alma Mater en el  2004.

Un feliz carmelita diocesano

Fue ordenado sacerdote el 6 de junio de 1997, por Monseñor Gustavo Girón Higuita, para el servicio de la Orden de los Carmelitas Descalzos y más adelante incardinado a la arquidiócesis de Bogotá, el 31 de enero de 2013.  

Sintió la necesidad de ejercer su servicio ministerial siendo párroco, y , fue así como en el año 2005 le asignaron su primera parroquia; Nuestra Señora del Carmen-Iglesia Santa Teresita. Luego fue párroco en Nuestra Señora del Monte Carmelo en el año 2012.  También, párroco en Nuestra Señora del Campo, 2015. Arcipreste para la Vida Consagrada de la Vicaria Episcopal Territorial de San Pedro  en el 2016. Arcipreste para la Vida Consagrada de la Vicaria Episcopal Territorial de Padre Misericordioso, 2017. Miembro del Consejo de Formadores del Diaconado Permanente de la Arquidiócesis de Bogotá  en el año 2018.  Y, ratificado como Arcipreste para la Vida Consagrada de la Vicaria Episcopal Territorial de Padre Misericordioso 2020.

Actualmente es párroco en Santa María del Cedro, al norte de la ciudad, desde el año 2021. “La mayor felicidad de un sacerdote es la vida parroquial, ese es ideal de esta vocación, en compañía de las personas, de la comunidad y he sido feliz en cada una de las parrquias donde he estado, algunas muy difíciles socialmente, pero han sido muchos aprendizajes y fortalecimiento de esta elección de vida”. Asegura el padre Cristancho.

Se siente agradecido con Dios, con su familia y con la vida por haber sido llamado al sacerdocio, también por haber concluido sus estudios y su doctorado en Derecho Canónico lo que le permite prestar su servicios en el Tribunal Eclesiástico Nacional.

Vea a continuación entrevista completa con el padre Omar Enrique Cristacho Gómez, en la celebración de sus 25 años de sacerdocio, Bodas de Plata, jubileos sacerdotales arquidiócesis de Bogotá: