Javier Darío Restrepo, QEPD
Una vida ejemplar en el periodismo, pues por casi sesenta años Javier Darío Restrepo ejerció de reportero de televisión, columnista, maestro presencial y virtual,…
Javier Darío Restrepo nació en tierra de la Madre Laura, en Jericó, de donde su familia emigró buscando mejores oportunidades. Recorrió los departamentos del Viejo Caldas y terminó en el seminario de Manizales, en donde no solo encontró la vocación al sacerdocio, también al periodismo a través de un periódico mural de nombre evocador: La Bagatela. Se sorprendía de los remolinos de jóvenes y niños leyendo sus informes, encontró eso tan misterioso como atrayente. Tenía apenas catorce años y ya empezó su debate interno.
Sin embargo, fue ordenado presbítero por su mentor, monseñor Rubén Isaza, y después de 17 años pidió la dispensa, pues su ejercicio periodístico le había generado problemas con sus superiores.
Autor de más de 28 libros, entre recopilación de sus textos periodísticos, investigaciones, textos de consulta y novelas Restrepo era frecuentemente consultado por todo tipo de autores, especialmente periodista, sobre los asuntos propios de la ética. Nunca dejó de contestar a nadie y siempre lo hizo con esa paciencia, delicadeza y sabiduría propias.
Fue columnista de este diario por más de 10 años y de otros muchos como El Tiempo, El Espectador, El Colombiano y El Heraldo. Uno de los periodistas más respetados y galardonados, como que recibió el premio nacional de Círculo de Periodistas de Bogotá en la categoría de prensa en 1993, así como el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en 1985 y 1986. Además, recibió los premios San Gabriel de la Conferencia Episcopal de Colombia en 1994, Germán Arciniegas de la Editorial Planeta en 1995 y el Premio latinoamericano a la ética periodística otorgado por el Centro Latinoamericano de Periodismo (CELAP), auspiciado por la Universidad Internacional de la Florida, en 1997. En 2014 recibió el reconocimiento a la Excelencia periodística del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo.
El Catolicismo comparte una de sus columnas:
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