En marcha iniciativa de acompañamiento y formación del diaconado permanente a nivel vicarial

La Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericordioso, ubicada al norte de Bogotá, ha dado un paso significativo en el fortalecimiento del servicio que brinda el diaconado permanente en su territorio, creando una oficina para acompañarlos, formarlos y visibilizar su labor.
Esta propuesta, impulsada por el padre Rafael De Brigard, vicario episcopal, se articula con las dimensiones académica, espiritual, humana y pastoral de la formación orientada a través de la Escuela Arquidiocesana del Diaconado Permanente y de la formación permanente de estos ministros ordenados, hombres de familia, servidores del Evangelio.

"Tenemos un grupo muy grande de diáconos permanentes en esta vicaría, alrededor de 47, y vimos la necesidad de crear una oficina que los acompañe, los escuche y les brinde formación para su misión pastoral", explicó el padre De Brigard. Agregó que el propósito es consolidar una estructura que permita tanto la cercanía espiritual como el fortalecimiento de su servicio, especialmente en parroquias donde, en muchos casos, los diáconos asumen tareas de alta responsabilidad pastoral.

A esta oficina, que funciona en la vicaría (carrera 6 No. 118 -60), lugar en el que inició la Escuela Diaconal como parte del Centro de Estudios Pastorales Cardenal Aníbal Muñoz Duque, también se le ha encomendado un acercamiento a los consagrados mayores que viven en la zona.
“Tenemos varios obispos eméritos y sacerdotes mayores, quisiéramos, teniendo en cuenta las dificultades de movilidad que hay en Bogotá, congregarlos aquí, acompañarlos, visitarlos para que se pueda hacer una un trabajo más cercano con ellos”, afirmó el vicario episcopal.

El encargado de poner en marcha esta propuesta es el diácono permanente Franklin Lisandro Heredia Loaiza, ordenado en 2019, y actualmente asignado a la parroquia Santa María Magdalena. "Esta oficina nace para dar respuesta a la realidad concreta de nuestra vicaría, que posiblemente, junto con la vicaría San Pedro, agrupa la mayor cantidad de diáconos en Bogotá", comentó Heredia.
Desde febrero, se ha venido construyendo un proceso que parte de la recopilación detallada de información sobre cada diácono presente en la vicaría: situación familiar, años de servicio, tipo de pastoral que desarrolla y parroquia en la que colabora.
“La idea de monseñor es que podamos llegar a cada uno de nuestros compañeros, saber sus realidades, cuáles son aquellas necesidades de formación (…) Tenemos nuestras instalaciones donde podemos atender, recibir a nuestros hermanos diáconos, escucharlos, compartir con ellos…”, destacó.
Servicios actuales y presencia pastoral de los diáconos en la VET
Los diáconos permanentes asignados a este territorio arquidiocesano tienen presencia en parroquias, hospitales, clínicas, cárceles, sala de velaciones y cementerios. “Cuatro de nuestros compañeros están de manera permanente en Jardines de Paz, acompañando procesos de duelo. Otros sirven en hospitales como el Simón Bolívar. Y la mayoría acompañamos directamente parroquias en apoyo a los párrocos en funciones litúrgicas, formación de comunidades y pastoral familiar”, detalló el diácono Heredia.

Como ministros ordenados, los diáconos permanentes pueden celebrar bautizos, presenciar matrimonios y dirigir exequias. Pero su misión va más allá de lo litúrgico, afirmó precisando que “estamos al servicio, somos enviados donde la Iglesia nos necesite, y muchas veces ese servicio es estar simplemente presentes en el dolor, la escucha y el acompañamiento humano”.
Una pastoral con rostro de familia: la presencia de las esposas
Una de las riquezas del diaconado permanente es su vivencia familiar. Así lo manifestó María de los Ensueños Betancur, esposa del diácono Franklin, quien también enfatizó en que el apoyo de las esposas en este ministerio y servicio es fundamental.
“Somos su polo a tierra”, entre la vida de familia, personal, comunitaria y de servicio a Dios y a su Iglesia… Los apoyamos, acompañamos… Esto no camina sin Dios, sin la oración, y sin una familia que también diga sí”.

La experiencia de las esposas ha sido reconocida e integrada en la propuesta vicarial. En los primeros encuentros mensuales que se han realizado en la nueva oficina, también ellas han estado presentes. “Esto no es solo un asunto de hombres ordenados, es una pastoral familiar. La formación que hemos recibido nos permite acompañarlos espiritualmente y también entre nosotras se ha creado una red de fraternidad muy fuerte”, destacó María De Los Ensueños.
Iglesia en salida desde el corazón de sus territorios
La Vicaría Padre Misericordioso está dando un paso audaz y necesario en la Iglesia de hoy: acompañar a quienes acompañan. Reconocer y valorar el ministerio de los diáconos permanentes y sus familias no solo fortalece la acción pastoral de la Iglesia, sino que hace visible una comunidad que, desde la humildad del servicio, sostiene a muchas otras.
Esta propuesta es testimonio de una Iglesia que forma, escucha y se mantiene cercana al corazón de sus comunidades. Porque como lo manifestó el papa Francisco (q.e.p.d): "El diácono es el guardián del servicio en la Iglesia". Y ese servicio, cuando se vive en comunidad, se convierte en verdadera misericordia encarnada.
Conozca otros aspectos de esta iniciativa pastoral, a continuación:
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