Domingo de la Palabra de Dios: ¡Conviértanse!
Cumpliendo el mandato del Papa, de celebrar el tercer domingo del tiempo ordinario como el Domingo de la Palabra de Dios, la arquidiócesis de Bogotá realizó diferentes preparaciones y celebraciones, y entre ellas la eucaristía presidida por el señor arzobispo, Luis José Rueda, transmitida por televisión nacional, con la petición del cuidado personal y permanecer en casa, en este nuevo momento de la pandemia.
· Convertirse también es cambiar de prioridades no es sólo cambiar de vida: es priorizar la presencia de Jesús en la nuestra
· Convertirse seguramente sea entusiasmarse por Jesucristo ponerlo a él en primer lugar
“Con toda la Iglesia Universal y motivados por el papa Francisco estamos celebrando el Domingo de la Palabra de Dios y el Papa lo ha puesto en este día tercer domingo del tiempo ordinario porque todos los años la liturgia nos muestra a Jesús comenzando su predicación, comenzando su misión. Es que la palabra de Dios es misionera; es misionera de su vida en su familia, en el corazón de la Iglesia y desde el corazón de la Iglesia para la humanidad. Por eso hemos hecho la entronización de la Biblia allá en su casa y por eso queremos con el Papa, que nos propone este domingo vivir todo el año siguiendo las huellas de Jesús, escuchando su palabra abriendo nuestro corazón para que permanezca en nuestra vida. Él nos consuela en medio de la, en medio de la confusión, en medio de los sufrimientos. Él nos llena de alegría, nos da sabiduría y fortaleza a través de su Palabra para poder seguir caminando”.
Dice en el evangelio de Marcos, que Jesús empieza su misión en Galilea, una región de paganos. Una región que no ha caminado en la fidelidad del Señor y allí va a Jesús a iniciar su misión, es que su familia, mi familia, nuestra vida, la vida de nuestra ciudad y de nuestros países y de nuestros pueblos tiene Galileas porque allí nos hemos alejado de la palabra del Señor y del Reino; nos hemos oscurecido. Galileas porque nos hemos distanciado del amor de Dios y de su luz, pero allí precisamente es donde inicia Jesús: en la Galilea de su corazón, en la de su familia; en dónde puede haber dureza para recibir la Palabra, allí es dónde quiere llegar el Señor, allí es donde quiere sembrar la semilla del Evangelio y empieza diciendo Jesús: ‘se ha cumplido el tiempo, está cerca el reino de Dios, conviértanse y crean en el Evangelio’ ”.
Se ha cumplido el tiempo ya no hay que esperar a otro profeta
“Está cerca el reino de Dios, no hay que buscarlo fuera de nosotros; está en su familia, en su trabajo, en su corazón, en su conciencia, está en la Iglesia, está en la humanidad. No tenemos un Dios lejano que nos abandona sino un Dios que quiere reinar en nuestro ambiente muy cerca de nosotros”.
“Detengámonos un momento en la llamada de Jesús a la conversión: convertirse no es cambiar de religión; es cambiar de corazón, cambiar de actitud, de manera de pensar y obrar y de ser, convertirse según la palabra que escuchamos hoy en el libro de Jonás es abandonar el mal camino”.
“Todos nosotros podemos haber transitado en diferentes etapas de la vida por malos caminos, por caminos oscuros, por caminos de guerra, de violencia, de corrupción, de pecado, de infidelidad, de vicio. El Señor nos está diciendo: ‘conviértanse’ ”.
Si el amor a Dios y al prójimo ocupa ese primer lugar en su vida significa que usted está caminando por sendas de vida nueva y de conversión, convertirse en un camino y la vida es breve, la presentación de este mundo se termina, no aplace la conversión para después. Este es el día del Señor y él quiere obrar en su corazón y la conversión es un camino largo y permanente y difícil.
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