Comunidad de Sant’Egidio y Arquidiócesis de Bogotá unidas por los más vulnerables

Dentro de la múltiples obras sociales y pastorales adelantadas en la capital colombiana, en beneficio de población en situación de vulnerabilidad, se encuentra el servicio generoso y comprometido de la comunidad de Sant'Egidio, asociación pública de laicos pertenecientes a la Iglesia católica, que nació en Roma en 1968, tras el Concilio Vaticano II.

Con presencia en más de 70 países, esta comunidad, caracterizada por la construcción de la paz a través de la amistad y misericordia con los más vulnerables, llegó a Bogotá hace un poco más de 10 años, impulsando un servicio silencioso y solidario que viene marcando una gran diferencia en la vida de muchas personas en situación de calle, migración, desplazamiento, abandono, violencia, y en quienes padecen inmersos en realidades que atentan contra la dignidad humana.

Con presencia en cuatro puntos de la ciudad: zona norte, barrio Siete de Agosto, Localidad de Teusaquillo, y zona centro, brindan los servicios:

Escuelas de la Paz: en la que jóvenes voluntarios brindan amistad, apoyo escolar y alimentario a niños vulnerables (en su mayoría desplazados, migrantes y refugiados).
 

Amigos de la calle: son recorridos en los que se promueve el diálogo, la amistad, y se llevan cenas itinerantes a personas sin techo que viven en las calles de la ciudad.

Servicio de duchas: abierto a personas sin techo que comparten además de un espacio de limpieza y cuidado personal, un desayuno con adultos voluntarios que los acompañan.

Visita a los ancianos: visitas de amistad con ancianos en instituciones geriátricas.

En marzo de este año, nace una nueva obra que vincula el servicio de la comunidad de Sant´Egidio, con las distintas acciones que lidera la Arquidiócesis de Bogotá, se trata de un ‘Comedor en beneficio de los amigos sin techo’, ubicado en la parroquia San Victorino – La Capuchina, Vicaría Inmaculada Concepción.

Allí, en un esfuerzo conjunto, se viene atendiendo los domingos a, aproximadamente, 80 personas en situación de vulnerabilidad, con un almuerzo y acogida de parte de voluntarios que, además de preparar y servir estos alimentos, brinda una palabra de cercanía, esperanza; un gesto de cariño, escucha y cuidado.

“Este sector de San Victorino nos llamó particularmente la atención, porque en él vemos las distintas formas de violencia: hay prostitución; microtráfico; hay muchos habitantes de calle; mucha pobreza. Vemos el fenómeno de los migrantes y refugiados, que se alojan en la localidad de Santa Fe, entonces, en medio de estas realidades, quisimos que la comunidad de Sant´Egidio fuera también un signo de esperanza, de volver a tener un renacer en este sector tan deprimido”, afirmó Paula Nossa, miembro de la Comunidad de Sant'Egidio en Bogotá.

Agregó que, como comunidad, tienen el sueño de crecer en esta obra, poder ampliar los días de atención, el número de personas acogidas, los servicios brindados y que “en torno a esta linda obra de compartir el pan, se vaya construyendo la paz en la cotidianidad del sector”.

¿Cómo apoyar esta obra o vincularse a la comunidad de Sant´Egidio?

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Donaciones: Parroquia San Victorino - La Capuchina (Cra.13 No. 14-23), o a través de la cuenta Nequi: 3132690286

Se recibe ropa en buen estado, en tallas S-M, principalmente, para hombre y mujer, zapatos, abrigos, etc.

Con las donaciones se compran los alimentos para preparar el almuerzo.

Contacto: 313 2690286

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Espiritualidad y fundamentos del Carisma de la comunidad de Sant´Egidio

- La oración, que acompaña la vida de todas las comunidades en el mundo, constituye uno de sus elementos esenciales, pues es el centro y el espacio primordial de orientación de toda la vida comunitaria. La oración comunitaria se lleva a cabo en la parroquia La Porciúncula, los viernes a las 6:30 p.m.

- La comunicación del Evangelio a través de gestos concretos, corazón de la vida de la Comunidad, que se extiende a todos aquellos que buscan y piden un sentido en sus vidas.

- La solidaridad con los pobres, vivida como servicio voluntario y gratuito, en el espíritu evangélico de una Iglesia que es “Iglesia de todos y especialmente de los pobres” (Juan XXIII).

- El ecumenismo, vivido como amistad, oración y búsqueda de la unidad entre los cristianos del mundo entero.

- El diálogo, indicado por el Vaticano II como camino de la paz y de la colaboración entre las religiones, y también como forma de vida y como método de reconciliación en los conflictos.

Conozca detalles de esta comunidad, su servicio y la naciente alianza con la Iglesia Arquidiocesana: