Arquidiócesis de Bogotá invita a vivir el ‘Domingo de la Palabra’, instituido por el Papa Francisco

A nivel arquidiocesano, siguiendo el trayecto propuesto para este año en el Camino Discipular Misionero, en el que se continua la siembra de la esperanza, esta Iglesia local insiste en la importancia de tener la Palabra de Dios como centro de vida y acción. Al tiempo que se fortalezca la oración, exhortación del papa Francisco con miras al Jubileo de la Esperanza 2025.

En esta línea, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado colombiano, ha recordado que “para que podamos ser discípulos misioneros del Señor, la Palabra debe tomar un lugar central en nuestra vida (…) Queremos invitarlos para que en sus casas tengan la Palabra de Dios. Cada católico, niño, joven, adulto, hombre, mujer, con su biblia”.

El prelado, también, se refirió a dos acciones que esta iglesia arquidiocesana implementará: La destinación, en cada templo parroquial, de un lugar especial para ubicar la Sagrada Escritura, fuera de la celebración; y la realización de la Lectio Divina comunitaria, cada martes.   

 “Considero que estas dos iniciativas podrán ayudarnos a valorar, cada vez más, la Palabra de Dios en nuestra vida y misión; a favorecer el encuentro personal y comunitario con Cristo en la oración; y a de darle un nuevo impulso a la animación bíblica de nuestra acción evangelizadora”, afirmó.

Preparación para el Domingo de la Palabra

En alianza con el canal Cristovisión, la coordinación arquidiocesana de animación bíblica de la evangelización, desarrollará un espacio de oración, formación y profundización de la Palabra de Dios en nuestras vidas.

Formadores, invitados especiales y diversos testimonios acompañarán estas transmisiones, proyectadas del 15 al 21 de enero, de 8 a 9 de la noche.

Subsidios pastorales y litúrgicos para la jornada aquí

Sobre la Jornada:

La Carta Apostólica en forma de Motu proprio Aperuit illis, entregada por el papa Francisco el 30 de septiembre de 2019, explica que "dedicar concretamente un domingo del Año litúrgico a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable".

Una jornada, por tanto, dedicada “a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios” que “haga crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura”.

Es un día elegido conscientemente, porque el 30 de septiembre se conmemora al gran padre y doctor de la Iglesia Jerónimo.