Marcelino Pan y Vino: 1954-2016

Con record de recaudación en España, Italia y Japón, doblaje al inglés en Estados Unidos, premio del público en Berlín. Al paso de los años se han grabado ya tres versiones de “Marcelino pan y vino” siendo la original o la primera la más vista y reconocida en el año 1954. Para encarnar a Marcelino en la pantalla fue el elegido, entre cinco mil niños, Pablito Calvo, que falleció recientemente. Era madrileño, nacido el 16 de marzo de 1949. Fue soldado de aviación y estudió  administración de empresas. No era el típico niño prodigio ni se le subió el éxito a la cabeza, a pesar de que, por un momento, llegó a superar en fama a los más famosos actores y actrices de aquellos años.

El éxito de la película se debe, en parte, a él, pero también al inspirado relato de José María Sánchez Silva, en que se basa el argumento, que alcanzó las cincuenta ediciones sólo en Italia, así como al sentido estético y fina sensibilidad artística que le imprimió a la obra su director, el húngaro Ladislao Vadja. El resultado es una obra diferente a todas las demás películas de la época.

Sinópsis

En la austera Castilla, doce frailes franciscanos reconstruyen su convento, destruido por las guerras contra los franceses. Un día, el hermano portero encuentra en la puerta  a un recién nacido abandonado, y la comunidad decide hacerse cargo de él.

Marcelino crece entre travesuras y el cariño de los frailes. Una mujer le habla de su hijo Manuel, a quien no llega a conocer, pero, desde entonces, se convierte en su inseparable amigo imaginario. El padre guardián de la casa ve que el niño crece sin el afecto de una madre y cree llegado el momento de buscarle una familia de adopción. Se lo propone al herrero del pueblo, pero el cariño de los frailes puede más, y Marcelino permanece con ellos. Todo cambia para cuando, desobedeciendo la prohibición de los religiosos, Marcelino decide subir al desván.

Allí descubre un gran imagen del Crucifijo que le hace correr de espanto, pero la curiosidad puede más y regresa. Entonces el miedo se transforma en compasión y nace una emotiva y dulce relación entre el Cristo y Marcelino, que cada día roba de la cocina pan y vino, para llevárselos.

El tema de la madre es siempre el centro de la conversación entre ellos y el pequeño expresa su deseo de irse al cielo, para estar con su madre y con la de Jesús. Mientras tanto, los religiosos, que han notado el cambio en el comportamiento de Marcelino, lo siguen hasta el desván, en donde son testigos de cómo el pequeño se "duerme" en los brazos de Cristo.

Su alma limpia de niño, inocencia y por supuesto la fe puesta en el Señor, hacen que Marcelino viva un milagro y ese milagro es que  Nuestro Señor se revela a él. Habla con él, mantienen una amistad secreta, pero al cabo de un tiempo, Marcelino le pide de todo corazón que lo lleve a verse con su mamá que esta en el cielo. Petición a la que Cristo no se niega y de una forma sobrenatural Marcelino parte a ese gran encuentro con Dios su Padre, con la Virgen del cielo, y por supuesto al encuentro con su mamá biológica.

Es una historia enternecedora, donde se  exaltan valores como la amistad, el servicio, la vida en comunidad, el silencio, el respeto y por supuesto el Don de la fe. Recomendada para ver en familia y con los niños. Es una película alegre, misteriosa, católica y sobretodo con una enseñanza: Nada hay imposible para Dios y menos para aquel que cree con una fe auténtica como la de un niño.

Género: Comedia, drama.

Duración: 90 minitos.

Los invitamos a ver a continuación el trailer de la película: