Literatura para el fin del mundo

El fin del mundo se pone de moda cada tanto. Y en cada siglo se alzan dedos señalando el final, la luna roja y los signos postreros, voces que gritan que ya está aquí, que ya llegó. En todo caso creo que hay gente que, de anhelarlo, lo convoca. Este, por cierto, no es - o no debería ser - el caso de los cristianos, llamados a esperar pacientemente mientras invertimos nuestras fuerzas en procurarle una existencia grata a todos los hombres.

No obstante, el fin del mundo es una realidad (quiero decir que lo será) y como no ha sucedido aún, entendemos que debemos estar listos para cuando suceda. Sobre el tema les propongo dos lecturas: una novela y un cuento.

Hablo primero de la novela: El Señor del Mundo. Escrita hace ya muchos años (1907), en un tono futurista (quizá para mi gusto un poco exagerado), por un hombre convertido del anglicanismo al catolicismo; su nombre era Robert Hugh Benson, hijo del obispo de Canterbury Edward Benson, y que, con sus interrogantes perseguidos hasta alcanzar certezas fundantes, hace pública su conversión y nos regala este libro.

Sencilla de leer, esta novela nos presenta las vicisitudes de la Iglesia ante la aparición misteriosa del anticristo, con la que se inaugura la última fase de la historia. Nos presenta personajes paradigmáticos. Es el caso del padre Percy, un sacerdote (que llegará a convertirse en Papa) lleno de inquietudes, reflexiones fecundas sobre el sufrimiento de los cristianos, el inexplicable triunfo de la maldad para conjurar la unidad, para erradicar la violencia de una forma tan satánica y a la vez tan eficaz, etc. temas que, sin duda, para un creyente que se asome al mundo de hoy no dejarán de resonar en su conciencia.

Es un sacerdote, en definitiva, fiel y sufriente, que congrega en torno a Cristo a los fieles que permanecen como tal.

Por otra parte, está Felsenburgh, el personaje más silencioso, enunciado apenas, emergido de las sombras, con pocos diálogos claros, y es el adversario por antonomasia, ya no una antagonista, sino el enemigo, el Anticristo. Nada de cachos, nada de baba: un hombre brillante, mágico, demagogo, amado. Es la síntesis de todo poderoso que escribe la historia desde arriba y a brochazos, contrastando de forma contundente con una Iglesia de recursos precarios y aparentemente intrascendentes.

En fin, creo que es una novela que puede ayudar a nuestros cristianos hoy. Pero ojo, no se trata de una profecía para que sea tomada como hoja de ruta. Pienso que su principal acierto está en la descripción de un clima: el de una Iglesia acorralada, llena de apostasía, llena de ministros que cambian a Cristo por la Bondad, llena de miedos y titubeos. Todo esto, así descrito, termina por parecerse, según entiendo, a nuestro siglo.

Por último, les propongo una pequeña lectura con el mismo tema, aunque en estilo y enfoques distintos.

Se trata del pequeño cuento: Relato del fin del mundo (se trata en realidad de un extracto) escrito por el ruso Soloviov (muerto en 1900), él también un hombre inquieto y que, a pesar de su condición de ruso ortodoxo, no duda en coquetear abiertamente con el catolicismo, tanto de llegar a reclamarle a la jerarquía de su iglesia la necesidad de establecer la unidad en torno a Pedro, en torno al Papa.

De hecho, este cuento que recomiendo (y del que les comparto al final el link) habla de los cristianos de todas las denominaciones que al final de la historia cierran filas en torno al obispo de Roma para que, conservando la unidad, puedan reclamar la paga de los justos que permanecen fieles.

Links: uno para leer, y otro para escuchar en YouTube

https://circulosemiotico.files.wordpress.com/2016/07/brve-relato-sobre-el-anti-cristo.pdf

https://www.youtube.com/watch?v=KseXAe7BXWs

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Por: Pbro. Jesús Arroyave Restrepo, párroco en Santa María Micaela y San Mario - capellán del colegio Adveniat