Pasar al contenido principal
#ff0000

La Iglesia y la campaña presidencial

2 de octubre de 2017

El hecho de no tomar partido político, no significa que la Iglesia no tenga mucho qué decir sobre los temas más importantes del diario acontecer nacional. Son muchos los…

Ha comenzado a agitarse la política partidista con miras a la selección de los candidatos que lucharán por la presidencia de la nación. Notable desde ya es la profusión de aspirantes a ser ungidos como los candidatos. Y no menos llamativo es el fenómeno de búsqueda de apoyo por firmas, más que en las colectividades políticas. Como quiera que sea, el debate se está comenzando a dar y nos alegramos de que esto sea posible pues es signo de libertad y de democracia que, aunque siempre defectuosa, es el ámbito menos asfixiante de todos para la comunidad humana. Y en este marco cabe a la Iglesia una reflexión acerca del papel que debe jugar en medio de la comunidad política y acerca de la exposición de su pensamiento cuando están a la vista grandes debates sobre los principales problemas nacionales.

Tal vez lo primero que hay que decir, aunque es sabido de sobra, es que la Iglesia no hace política partidista y las lecciones sobre los conflictos que el hacerlo engendra, están recogidos en miles de páginas, casi siempre trágicas, de la historia de Colombia y de muchos otros países. En este sentido, la Iglesia católica toma amplia distancia de nuevas congregaciones religiosas que hoy hacen política partidista abiertamente. Sin embargo, el hecho de no tomar partido político, no significa que la Iglesia no tenga mucho qué decir sobre los temas más importantes del diario acontecer nacional. Son muchos los campos en los cuales la Iglesia ha construido un sólido pensamiento y que bien vale la pena ventilar en los tiempos de debate que comienzan a sentirse ya. Temas como la vida humana y su dignidad inalienable, la justicia social, el bienestar de los más pobres, la ética pública y la ética económica, la familia, la educación, la libertad religiosa, etc, son algunos de los grandes capítulos, sobre todo de la doctrina social de la Iglesia, que bien vale la pena exponer con más fuerzas en las actuales circunstancias.

Y es importante que desde la Iglesia se piense y diseñe una estrategia para hacer oír su voz sobre estos grandes temas, no para lograr simpatías o protecciones, sino para que los actores políticos los conozcan y enriquezcan sus proyectos con el pensamiento elaborado en la Iglesia. Ya en los primeros discursos de los que aspiran a ser jefes de la nación, se descubren, no solo propuestas muy alejadas del pensamiento social cristiano, sino también divagaciones muy imprecisas en temas cruciales. Tiene, pues, la Iglesia un reto muy grande e interesante en el idear la forma de que sus propuestas sean escuchadas y quizás logren iluminar e inspirar a quienes se sienten llamados a gobernar el país. Quizás sea este un momento interesante para poner en la palestra a nuevas caras del episcopado nacional, de manera que entre ellos también puedan surgir quienes serán los prelados de las más importantes arquidiócesis del país dentro de poco tiempo, pues una generación está próxima a dejar sus cargos pastorales por razón de edad.

En el reto de exponer al país político el saber social y humanista de la Iglesia, hay una condición que se hace cada vez más necesaria. Se trata de hablarle a Colombia con absoluta claridad e identidad desde la Iglesia. Hoy existe la tentación de hacerse gris para empatar con todas las corrientes de pensamiento y de falta de pensamiento. No es hora de palabras desteñidas ni vergonzantes. La Iglesia tiene de sobra un bagaje de ideas y propuestas que bien vale la pena exponer con claridad y sin medias tintas y que seguramente podrán ser aprovechadas por los políticos que quieren actuar honestamente ante los ciudadanos. Como es apenas natural, muchos serán los contradictores de lo que diga la Iglesia, pero esos son gajes del oficio. En todo caso, la Iglesia, en sus obispos y laicos debidamente preparados, tiene que levantarse y pronunciar palabras que ayuden a progresar un país plagado de necesidades, pero también rico en oportunidades. No hay lugar para una posición neutra ante los retos por afrontar.

 

Aumentar
Fuente
Disminuir
Fuente

Otras noticias

#397dff
#007300