Nacer de nuevo, del amor de Dios

¿Quién era Nicodemo?. Era fariseo, alguien que buscaba la perfección personal en la observancia de la Ley de Moisés. Era “Jefe judío”, esto es, pertenecía al Sanedrín, el Consejo Supremo, órgano de poder religioso y político, social y económico. Esto hace pensar que era estudioso, observante, maestro de la Ley, influyente, revestido de autoridad.

En el diálogo aparecen temas teológicos y varios símbolos: El agua, el Espíritu y la carne, nacer de nuevo, la luz y las tinieblas, la serpiente de bronce, el viento, la verdad, el juicio, la vida. Como si Jesús estuviera dando una lección de teología a un principiante. Le habla de otra realidad, de otro mundo, de otra perspectiva, de nacer de nuevo, del amor de Dios.

Nicodemo reconoce la autoridad de Jesús en razón  a las obras que le ha visto  hacer, pero Jesús le responde que eso no basta: Es necesario nacer de nuevo, del agua y del Espíritu, sin lo cual no es posible aceptar a Jesús como el enviado por el Padre, creer en Él y acogerlo; eso  es necesario para entrar en el Reino de Dios. La salvación es iniciativa de Dios y se cumple por medio de su Hijo, que viene al mundo, muere en la cruz y resucita para volver al Padre.  

En un momento del diálogo, Jesús se aplica a sí mismo la imagen de “La serpiente de bronce”. Para entender su significado hay que recurrir al pasaje que narra el libro de los Números 21, 4-9 : Moisés, de parte de Dios, hizo una serpiente de bronce que con solo mirarla, salvó de la muerte a muchos israelitas que habían sido mordidos por serpientes venenosas.

Jesús ve en ella una figura anticipada de la cruz y se lo explica a Nicodemo: Así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en Él, tenga vida eterna v.15. Jesús, crucificado es el máximo signo del amor de Diosy fuente de vida eterna para los que creen en Él. Jesús se loexplicó: Tanto amó Dios al mundo que entregó a su propio Hijo.  Es decir, el amor de Dios es el centro y el eje central de la Buena Noticia y de la vida cristiana.

Creer en Jesucristo es fuente vida auténtica, algo nuevo y definitivo; es sentirse amado y llamado a vivir con mayor plenitud, es vida eterna.

Dios Padre ha amado y ama tanto este mundo, a nosotros,que ha entregado a su propio Hijo y nos ha salvado con su muerte en la Cruz. En el creer o no creer en el amor de Dios,está el único verdadero dilema de cada uno de nosotros, del sentido y de la plenitud de nuestra vida.

Padre Carlos Marín G.