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El pensamiento económico del papa Francisco y el retorno de la fraternidad a la economía

19 de enero de 2024
Imagen:
de referencia - piernext.portdebarcelona.cat
Reflexiones en torno a 'The Economy of Francesco'. Primera entrega.

La preocupación por los derechos de los más vulnerables y los desposeídos ha sido una constante durante el pontificado del santo padre Francisco, incluso su nombre está vinculado a ese compromiso. Según él mismo ha contado, durante el cónclave apostólico de 2013, cuando los votos en su favor subieron a dos tercios dando lugar a su elección, el cardenal Cláudio Hummes le susurró: “¡No te olvides de los pobres!”. De inmediato, pensando en la relación entre los pobres y la acción pastoral, el sumo pontífice decidió elegir el nombre del santo de Asís, dado que su vida estuvo vinculada a la pobreza, a la fraternidad y al cuidado de la creación.

De esta manera, el compromiso por convertir la doctrina social de la Iglesia en una práctica pastoral ha conllevado a que su santidad haya emitido importantes documentos como la exhortación apostólica Evangelii gaudium (2013) o las encíclicas Laudato si' (2015) y Fratelli tutti (2020), en las que el papa aborda cuestiones eminentemente sociales, económicas e incluso ecológicas, desde una perspectiva cristiana.

Las críticas que el pontífice ha formulado al sistema económico actual demandan reformas, transformaciones, pasar de una economía que destruye la Casa Común y que hace excesivo énfasis en el ánimo de lucro a una economía para el futuro, en la cual el bienestar del ser humano y garantizar su dignidad sean su objetivo. En ese sentido, la invitación del santo padre conlleva a devolver el principio de la fraternidad al sistema económico, promoviendo relaciones justas y equitativas en donde se produzca riqueza a partir de la colaboración, la reciprocidad y el cuidado mutuo, valores que en su tiempo fueron promovidos por San Francisco de Asís.

En ese orden de ideas, su santidad convocó en 2019 a un encuentro a jóvenes economistas y emprendedores de todo el mundo para reformar el sistema económico actual y ofrecer uno que garantice la dignidad del ser humano, iniciativa que se ha gestado pese a los contratiempos de la pandemia por COVID-19 y que ha sido denominada Economy of Francesco.

Desde luego esta convocatoria se ofrece como una etapa para la reflexión de cuestiones económicas y sociales que, como se mencionó líneas atrás, han sido de especial preocupación para el santo padre, bien, debido a su experiencia pastoral durante la cual estuvo confrontado a la pobreza; porque durante su pontificado ha palpado los graves problemas de desigualdad a través de testimonios directos, pero también debido a su perspectiva teológica cristiana.

Las observaciones del papa no se centran exclusivamente en hacer un reporte técnico de datos económicos exactos, sino en ofrecer posibles soluciones a las desigualdades socioeconómicas que se han exacerbado en las últimas décadas, es decir, su propósito es abordar una cuestión moral desde el discernimiento evangélico, puesto que la opción preferencial por los pobres implica sentir la carne de Cristo, quien siendo Dios encarnó, se hizo pobre y en su experiencia terrenal logró sentir dolor y compasión por los pobres. Esta es una perspectiva evangélica en la que coinciden pese a la distancia temporal su santidad el papa y San Francisco de Asís.

Por consiguiente, la propuesta del santo padre consiste en construir una nueva economía, lo cual implica una transformación sobre el sistema actual, en donde habrá continuidades, pero a su vez grandes transformaciones. La Economy of Francesco requiere un cambio en los componentes jurídicos e institucionales a nivel global, respondiendo de ese modo al propósito de reducir las desigualdades y de concretar modelos de producción que no degraden el medio ambiente y garanticen los derechos de los trabajadores, lo que según su santidad implica el paso de una economía de la exclusión y la inequidad, a una economía para la vida.

Por tanto, el pacto que firmaron en 2022 el papa junto a un millar de jóvenes procedentes de 120 países, en el que se comprometen a construir una economía al servicio de la persona, guiada por la ética y no utópica, representa un acontecimiento sin precedentes.

Sirva éste artículo como nota introductoria para abordar y examinar el pensamiento económico del papa Francisco, durante siguientes entregas de forma breve, pero detallada y juiciosa.

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*Por: Pbro. Fabi Said Castro, administrador parroquial Santa María de Pentecostés / Capellán Instituto San Pablo Apóstol.

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