Pasar al contenido principal
#007300

Liberia, el Ébola mata también la vida social

7 de octubre de 2014
Liberia, el Ébola mata también la vida social

Monseñor Robert Vitillo, delegado de la Caritas Internationalis ante las Naciones Unidas, visitó uno de los países más afectados por el virus. En los próximos días se…

«Estaba en el coche con sor Barbara Brillant, una misionera franciscana de María. Cuando vio a dos chicos que iban cogidos de la mano, inmediatamente los recriminó: “¡No se pueden tocar!”». monseñor Robert Vitillo es un experto en emergencias sanitarias: lucha contra el Sida desde hace 25 años. Pero, tal vez, el Ébola es peor. El gobierno, para tratar de detener el contagio, lanzó la política “no touch”: «ningún contacto».

En calidad de delegado de la Caritas Internationalis ante las Naciones Unidas, monseñor Vitillo transcurrió una semana en Liberia. En los próximos días, Caritas Internationalis lanzará un llamado a todas las Cáritas del mundo y a quien quiera ofrecer ayuda para apoyar a los liberianos.

«Escogimos Liberia porque es el país más afectado», explicó el prelado. Hasta el 30 de septiembre, de las 3431 víctimas de Ébola, 2069 eran liberianas, mientras solo en este pequeño país eran 3834 las personas que habían contraído el virus. Además de ser una emergencia sanitaria, la epidemia del Ébola está provocando también una crisis social». Muchas tiendas, narró, están cerradas, «muchos han perdido el trabajo y el algunas zonas escasea la comida. Debemos intervenir para limitar los daños de una emergencia social que podría provocar desórdenes en los países afectados por la enfermedad».

Incluso los que se han curado necesitan ayuda, pues, normalmente, no los reciben en sus casas. La familia, los vecinos, temen que todavía pueda ser contagioso, aunque no lo sea en realidad. Un médico del hospital católico de Monrovia acogió en su casa a una colega que se había curado, porque había sido rechazada por su familia. Muchas parroquias invitan a los que han superado la enfermedad a contar la propia historia, para ayudar a la gente a superar temores injustificados.

La Iglesia católica se ocupa de un hospital y 16 clínicas en el país. Es la organización más comprometida en ámbito sanitario. En estas estructuras nueve agentes sanitarios perdieron la vida. Entre ellos, falleció también el fraile Patrick Nshamdze, que era el director del hospital católico de Saint Joseph de Monrovia. Después de su muerte, el hospital cerró. Ahora, el Consejo Nacional Católico para la Sanidad está evaluando la posibilidad de volver a abrirlo. Las pocas clínicas estatales o de las que se ocupan las organizaciones internacionales no se dan abasto, tanto que muchos enfermos se ven obligados a volver a sus casas, poniendo en riesgo a sus familias.

Aumentar
Fuente
Disminuir
Fuente

Noticias relacionadas

#007300
#007300
#007300