Con el amor no se juega, no a la falsa preparación al matrimonio

Asimismo, advirtió a párrocos y a obispos que tienen la responsabilidad de no hacer una “finta (falsa) preparación” al matrimonio de futuros esposos. “No cometerás adulterio”, Francisco remarcó que “esta palabra del Decálogo supone una llamada a la fidelidad, pues no hay auténtica relación humana sin lealtad y fidelidad. No se puede amar solo cuando “conviene”. El amor se manifiesta cuando se da todo sin reservas”.

No a una débil preparación al matrimonio

“Y por esto, antes de recibir el sacramento del matrimonio, se necesita una cuidadosa preparación, diría un catecumenado. Porque se juega toda la vida en el amor y con el amor no se juega. No se puede decir preparación al matrimonio a tres o cuatro conferencias dadas en la parroquia. ¡No! Esta no es una preparación. Esta es una finta (falsa) preparación y la responsabilidad es de quien hace esto y recae sobre el párroco, el obispo, que permiten estas cosas”, dijo. 

Y añadió que la preparación “debe ser madura, se necesita tiempo. No es un acto formal. Es un sacramento. Pero, se debe preparar con un verdadero catecumenado”. 

Relaciones estériles e inmaduras

Francisco dedicó la catequesis de hoy a la parte del decálogo que habla del adulterio (Marco, 10, 2-9) y explicó que “el ser humano necesita ser amado sin condiciones, y cuando no encuentra este amor el corazón busca llenar ese vacío con sucedáneos, componendas y mediocridades, entregándose a relaciones estériles e inmaduras, con la falsa ilusión de encontrar allí un poco de luz y de vida”. 

Atracción física es un regalo de Dios

Así, insistió que en la sociedad de hoy “se sobrevalora la atracción física, que en sí misma es un don de Dios, pero que está orientada a preparar el camino a una relación personal auténtica y fiel”

Afirmó que “la vida conyugal requiere un tiempo de noviazgo para discernir y verificar la cualidad de la relación. Los novios, para acceder al sacramento del matrimonio, tienen que madurar la certeza de que no basta solo con la buena voluntad, sino que se han de apoyar en el amor fiel de Dios”. 

Fidelidad es un regalo de Dios

También explicó que “este mandamiento nos llama pues a dirigir nuestra mirada a Cristo, para que sepamos encontrar en Él la fuente de nuestra fidelidad, de nuestra constancia en las relaciones con los demás y de nuestra comunión mutua.”

Por último, saludó a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina, y en particular “a los participantes en el Encuentro sobre la doctrina social de la Iglesia, organizado por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz”. 

“Dios y madre nuestra, que nos ayude a todos, y de modo especial a los jóvenes, a saber descubrir y vivir la belleza del amor humano como una llamada a la entrega y a la donación total de sí mismos, libre de egoísmos y superficialidades. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias”, concluyó.