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José de Jesús Pimiento Rodríguez, obispo, padre conciliar, cardenal de la Iglesia

4 de septiembre de 2019
José de Jesús Pimiento Rodríguez, obispo, padre conciliar, cardenal de la Iglesia

Monseñor Pimiento fue uno de los prelados que hicieron historia en la Iglesia católica colombiana. Contaba que siendo muy niño se fue caminando hasta el seminario de San…

Tal vez entonces no se imaginaba que “su vida en la Iglesia” iba a ser de un siglo. Nació en Zapatoca, Santander. Estudió en San Gil hasta terminar Filosofía y se vino al Seminario Mayor de Bogotá, en donde terminó la formación y fue ordenado presbítero por Ismael Perdomo Borrero, siervo de Dios. Apenas tenía 22 años y era el año de 1941.

Viajó a servir a su diócesis, Socorro y San Gil, en diversas parroquias rurales como Mogotes y Vélez, sin embargo, pronto fue asignado al seminario de San Gil como síndico y profesor, luego como coordinador de Acción Social y de Acción Católica de la diócesis y capellán del Hospital de San Gil.

Fue un obispo muy joven, con apenas 14 años de ministerio sacerdotal fue consagrado obispo a los 36 años y enviado como auxiliar en Pasto en 1955 por el papa Pío XII; había recibido la consagración episcopal de manos del cardenal arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, Crisanto Luque Sánchez, en la catedral bogotana.

En Pasto pasó las duras y las maduras, pues el presbiterio pastuso lo veía como un “obispo de pantalón corto”, haciendo alusión a su juventud, allí forjó ese recio carácter del que hizo gala a lo largo de su existencia.

El papa Juan XXIII, en 1959, lo nombra obispo de Montería. El tema eclesial de ese año y los siguientes fue el Concilio Vaticano II. Monseñor Pimiento fue Padre Conciliar y estuvo en las cuatro sesiones, entre el 62 y el 65, siendo ya obispo de Garzón.

Desde entonces su vida estuvo marcada por esa experiencia ecuménica y dedicó su vida al aggiornamento de la Iglesia según el corazón conciliar.

El 22 de mayo de 1975 fue nombrado por el papa Pablo VI a la sede episcopal de Manizales, donde ejerció su ministerio pastoral durante 21 años; época de grandes trabajos y acontecimiento difíciles. Fue participante en las II y III Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, realizadas en Medellín (1968) y Puebla (México, 1979); para la IV Conferencia General realizada en Santo Domingo (República Dominicana, 1992). En 1972 fue elegido Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, durante dos periodos seguidos hasta 1978. Estuvo en varios Sínodos de los obispos en Roma, como delegado de la CEC, y entre 1972 y 1973 fue asesor del Nuncio apostólico en Colombia en el diálogo con los representantes del gobierno colombiano para la revisión y actualización del Concordato suscrito en 1887.

Su trabajo ejecutivo y solidario con los damnificados por la erupción del volcán Nevado del Ruiz en noviembre de 1985, fue extraordinario y oportuno al construir unas 100 soluciones de vivienda en el Municipio de Chinchiná (Caldas), en las veredas de Papayal, Los Cuervos y La Guayana de Villamaría, y las aldeas agrícolas La Paz y el Encanto.

Siempre ágil de mente y cuerpo, cuando cumplió la edad de jubilación presentó la renuncia, pero no se jubiló, se fue de misionero al Urabá antioqueño, a la diócesis de Apartadó, a Turbo,  

En el año 2005, cuando celebraba sus Bodas de Oro episcopales, fue nombrado Administrador apostólico de la diócesis de San Gil, por casi dos años.

Cuando ya creía que había terminado su vida pastoral y estaba retirado en Floridablanca, Santander, recibió con timidez y sorpresa el anuncio hecho por el papa Francisco, el domingo 4 de enero de 2015, en el cual proclamaba su creación como cardenal de la Iglesia Católica.

Aunque su salud era buena, ya no podía hacer viajes tan largos, su médico le aconsejó que no fuera y la ceremonia de investidura de las insignias cardenalicias, en la que recibió el anillo y la birreta, se realizó en la catedral de Bogotá, donde había sido ordenado presbítero y consagrado obispo.

Ayer, a los cien años y medio, dejó este mundo para viajar a la Casa del Padre. Sus exequias se realizarán en la ciudad de Bucaramanga, el jueves 5 de septiembre, a las 3 de la tarde en la Catedral de la Sagrada Familia (Calle 36 No. 19-56), ceremonia presidida por el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor.

El Catolicismo cubrió la ceremonia de investidura de las insignias cardenalicias, recuerde ese momento aquí:

 

 

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