"El Papa vendrá a unir a los Colombianos"
Semana.com: Usted fue embajador en la Santa Sede cuando estaba el papa Juan Pablo II, cuéntenos del sentido de la visita que él hizo a Colombia.
Guillermo León Escobar:…
En ese entonces Colombia fue el primer país de América Latina que visitó el Papa. Entonces Juan Pablo II decía: ‘Es que la iglesia ha encontrado en Colombia un sitio muy importante’, porque tenía la sede de todos los obispos de Latinoamérica, del Caribe y las Antillas.
El Papa Juan Pablo II va a Colombia en 1986 con Belisario Betancur como presidente con un eslogan: "Con la paz de Cristo por los caminos de Colombia". Hay que unir: el Pablo VI dice que "El desarrollo es el nuevo nombre de la paz" y cuando viene Juan Pablo II dice que "Con la paz de Cristo por los caminos de Colombia", eso es importante.
Semana.com: ¿Cómo recordaba el Papa Juan Pablo II su visita?
G. L.E.: A Juan Pablo II yo lo conocí hace muchísimo tiempo, le impresionó que el país había sido golpeado por tantas tragedias, al inicio de la presidencia de Belisario Betancur el terremoto de Popayán (1983), y al final de la presidencia con la tragedia de Armero y la tragedia causada por la política del Palacio de Justicia. A él le impresionaba que un pueblo tan inteligente fuera capaz de hacerse daño. Muchos años después en 1994 yo le preguntaba por la visita y me decía que recordaba el calor y el afecto de la gente y la cruz en Armero, pues hay una foto de cuando él se arrodilló en la cruz. Él preguntaba por una niña a la que llamaba Maira, que en realidad se llamaba Omaira. A él le impresionó mucho esa capacidad de violencia pero al mismo tiempo la capacidad de optimismo que había en el país por recuperar la paz, y entonces le llamó su atención la tenasidad de Belisario, tanto que lo nombró como miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales.
Semana.com: ¿Qué pensaba él de la Colombia de ese entonces?
G. L.E.: Él se preguntó qué es lo que falta para que en Colombia haya paz. Él decía: "yo no me explico cómo este país se dedica a la violencia siendo un país líder de toda América Latina, nadie está mejor situado". Le fascinaban las dos costas de Colombia, estaba encantado con la diversidad cultural, con las tribus, estaba supremamente convencido de que si en Colombia había paz, en América Latina se abría el camino para el desarrollo. Tanto que en el año 2000 cuando hubo una visita al Vaticano por invitación del gobierno de ese entonces, fue la famosa delegación de la guerrilla donde venía Raúl Reyes, el guerrillero Milton, Fabián Ramírez y otras personas, y las conversaciones con ese grupo se llevaron a cabo en los órganos de la casa donde hoy habita el Papa Francisco.
A él le dolía mucho esa capacidad de violencia y sobre todo la muerte de monseñor Jesús Emilio Jaramillo, tanto que en el 2000 dice que lo pongan en el listado de mártires. De manera que él veía el país con una capacidad de encontrar los caminos de reconciliación y los animó convencido de que llegaría el momento de que se encontrara la salida.
Semana.com: ¿Cree que la presencia de aquel entonces del papa Juan Pablo II logró impactar en el país?
G. L.E.: Yo creo que después de Belisario Betancur los esfuerzos de paz que hicieron los gobiernos posteriores buscando caminos hasta llegar a la firma de un acuerdo de paz es indudablemente herencia de Juan Pablo II.
Semana.com: ¿Qué piensan en el Vaticano del proceso de paz con las FARC?
G. L.E.: En Europa y sobre todo acá en el Vaticano se escucha que es impresionante que la guerrilla esté entregando armas, que se haya devuelto a los niños. El proceso de paz se encuentra en una fase de solidificación que es increíble aún dentro del mismo Vaticano que tiene tanta experiencia en procesos de paz, y dicen que el de Colombia es único en todas sus etapas desde 1982 hasta hoy.
Semana.com: El papa Francisco vendrá cuando se supone que ya las FARC se han desarmado, ¿cree que esto influyó en la fecha de su visita?
G. L.E.: Él va a Colombia para cumplir con la palabra que dio de que cuando estuviera el blindaje político y social, que cuando ya hubiera comenzado el final de la guerra, cuando se dejaran los fusiles, cuando hubiera certeza de la entrega de armas y con la paz se empezará a ver en términos de desarrollo él iría a Colombia para dar un blindaje espiritual.Semana.com: ¿Cuál cree que será el impacto de la visita del papa en el proceso de paz con el ELN?
G. L.E.: La esperanza está en que el proceso de paz con las FARC se convierta necesariamente en un paradigma para las conversaciones que se comenzaron a realizar en Ecuador. Yo creo que va a ser una visita refrescante en el sentido en que la paz ya se ha mostrado.
Semana.com: Tal vez unos de los días con mayor simbolismo de la visita del Papa Francisco será cuando vaya a Villavicencio, se espera que haya un acto de reconciliación y participen víctimas, exguerrilleros y fuerzas armadas. Háblenos al respecto.
G. L.E.: El Papa es el que lo ha aprobado y sabe exactamente cuál es la temática que se va a mover allá: la de la reconciliación. Recordemos que acaba de terminar el jubileo del año santo de la misericordia, del perdón y la reconciliación. Estoy seguro que se propiciará la asistencia de todos los actores de la ya terminada guerra y la comenzada paz. Esa es una reunión clave, así como lo es la de Cartagena.
Semana.com: Cuéntenos de la importancia de la visita a Cartagena
G. L.E.: Recordemos que allá están los restos del patrono universal de los derechos humanos San Pedro Claver, jesuita como el Papa, que se llamó el esclavo de los esclavos. También están los restos de la santa Madre Bernarda. Además, allá están los grandes contrastes de una sociedad.
Semana.com: Se ha dicho que el Papa quiere visitar la “otra Cartagena”, ¿qué tanto sabe él de la situación de la Heroica?
G. L.E.: Mucho, acá hay padres jesuitas de Colombia que le han hablado. Y monseñor Suescún y el arzobispo en Cartagena, monseñor Jorge Enrique Jiménez, van a dar cuenta al Santo Padre de esa Cartagena que necesita ánimo para continuar adelante y encontrar caminos de desarrollo.
Semana.com: ¿El Papa Francisco seguirá insistiendo en la reconciliación entre los políticos, tal como ya lo intentó con el senador Álvaro Uribe y el presidente Santos?
G. L.E.: Yo no sé si en ese ámbito haya quienes se opongan a la paz. El Papa va por una pastoral: la de convocar a todos los colombianos, estén en el lado que estén, en el ámbito político, social y religioso que se encuentran. Va a dar señales de la unidad, de buena voluntad y convivencia. Él tendrá reuniones pastorales, yo no creo que haga reuniones de parcialidades políticas.
Semana.com: Precisamente por la visita del Papa se está proponiendo una Ley de Jubileo que consiste en la reducción de la sexta parte de la condena para las personas que estén imputadas con la condición de que no se trate de delitos de lesa humanidad. ¿Usted cree que esto sea una buena idea?
G. L.E.: Sin duda alguna ese terreno ya lo tendrá que zanjar el Gobierno Nacional y el Ministerio de Justicia y ver cuál es la capacidad que tiene un país para tomar ese tipo de decisiones.
Semana.com: ¿Hay otros ejemplos de visitas del Papa Francisco a otros países en momentos históricos que valga la pena resaltar?
G. L.E.: Armenia, en la que trataron de que el Papa no diera un juicio sobre la matanza que hubo a principios del siglo XX, pero él habla con toda la tranquilidad. También recuerdo el encuentro que él tuvo en Cuba con el patriarca ortodoxo ruso Kiril, ya que éste en Europa o en Estados Unidos era un problema legal, el único sitio donde podían encontrarse para hablar claro era Cuba, esa reunión tomó a todos por sorpresa.
También es muy importante la visita que hizo al sur de Italia a la Isla de la Medusa, donde en el mar Mediterráneo mueren diariamente decenas de personas entrando en pequeños barcos. Así que el Papa estuvo en las Medusas porque él se acuerda que sus antepasados bajaron de Italia a Brasil cuando familias enteras murieron ahogadas al hundirse el trasatlántico Mafalda, y en el siguiente barco llegaron los abuelos de él a Buenos Aires. El Papa tiene la sensibilidad para entender la lógica de las personas que para encontrar la felicidad y la paz en su vida asumen los grandes riesgos de la migración.
Fuente Disminuir
Fuente