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#277518

Cincuenta años de la Conferencia de Medellín

24 de agosto de 2018
Cincuenta años de la Conferencia de Medellín

El cardenal Rubén Salazar, presidente del CELAM, cree que el legado de Medellín será importante para reconstruir la sociedad colombiana

Los obispos reunidos en la celebración de los cincuenta años de la Conferencia de Medellín manifiestan su confianza y la actualidad del mensaje social: Monseñor Tobón advierte de la necesidad de vivir las opciones preferenciales por los pobres y los jóvenes

Es importante este momento en que nos congregamos en un nuevo discernimiento, porque no basta una lectura ligera para penetrar lo que el Espíritu dice a la Iglesia

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El Congreso Eclesial 'Medellín: 50 años después' ha arrancado este jueves con un acto académico en la Universidad Pontificia Bolivariana, por un lado, y con una misa inaugural en la catedral de la ciudad, por otro. En el primer acto, el cardenal Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá y presidente del CELAM, ha reivindicado como clave el legado de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano de 1968 "para reconstruir el tejido social" en Colombia tras el conflicto con las guerrillas. En el segundo, monseñor Ricardo Tobón, arzobispo de Medellín, ha sostenido que este aniversario es el momento para profundizar en el impulso que trajo la Conferencia hacia una auténtica promoción humana.

Acto académico y presentación del libro:

"Obispos de la Patria Grande: pastores, profetas y mártires"

En el Aula Magna Mons. Manuel José Sierra de la Universidad Pontificia Bolivariana, se dio inicio al Congreso, con un acto académico en el que tuvo lugar la presentación del libro: "Obispos de la Patria Grande: pastores, profetas y mártires"

El acto comenzó con las palabras de bienvenida del rector de la Universidad Pontifica Bolivariana, Pbro. Julio Jairo Ceballos, quien acogió a los presentes recordando que Medellín marcó un hito en la historia latinoamericana y produjo una gran renovación pastoral y que se espera que este Congreso renueve entre nosotros aquella experiencia eclesial y pastoral que se vivió entonces.

El señor cardenal Rubén Salazar se refirió al significado del texto que se presenta, diciendo que este nos lleva a pensar cómo la obra de Dios se realiza en la historia a través de las personas; el libro nos presenta 21 pastores insignes, de una vida desgastada en anuncio del Evangelio. Reconstruir sus itinerarios pastorales ha sido una labor dispendiosa, que no sólo mira hacia el pasado, sino que nos invita a aguzar el oído y la mirada de cara al presente y al futuro de la Iglesia latinoamericana.

La doctora Ana María Bidegaín, compiladora del libro, hizo una referencia al significado de Medellín para América Latina como el lugar donde emergió nuestra teología, partiendo de la propia realidad de esta tierra, a la que Medellín miró de frente. Los 21 obispos que se relacionan en el libro, y que vivieron en la segunda mitad del siglo XX, tuvieron una particular experiencia de lo que se reflexionó hace 50 años en Medellín, y luego lo hicieron vida en su trabajo pastoral.

El Pbro. Carlos Arboleda Mora hizo la presentación del capítulo del libro que se refiere a Mons. Tulio Botero Salazar, quien fuera el anfitrión de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín 1968. Ha mostrado un pastor que venía de una formación tradicional, que poco a poco va cambiando al hacer una lectura de los signos de los tiempos. Entre sus énfasis estuvo la presentación de la necesidad de un aggiornamento para la Iglesia, de vivir en una Iglesia pobre para los pobres, de trabajar por el ecumenismo, de formar intelectualmente al clero.

Mons. Ricardo Ramírez, obispo emérito de la Diócesis de Las Cruces, presentó la vida de Mons. Patricio Flores, el primer obispo latino de Estados Unidos, en la diócesis de San Antonio; quien viniendo de un origen humilde, ejerció su ministerio en el espíritu de Medellín; trabajó incansablemente por los hispanos en los Estados Unidos, logrando el reconocimiento de esta comunidad dentro de la Iglesia norteamericana.

Mons. Francisco Niño Súa, Director de la Escuela Social del CELAM, concluyó el evento con una intervención en la que insistió que a 50 años de Medellín necesitamos seguir alimentando el fuego de una fe transformadora de la realidad, a lo que nos anima también la lectura de la vida de estos pastores, profetas y mártires.

Misa inaugural: "La Iglesia está llamada a ir a lo esencial"

Con la celebración de la Santa Misa en la Catedral Metropolitana de Medellín, se inauguró oficialmente el Congreso Eclesial. De ella participaron el Cardenal Salazar, cardenales y obispos de diferentes países, representantes de Cáritas, la CLAR (Confederación Latinoamericana de Religiosos), autoridades civiles, sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y laicos venidos de toda América Latina y el Caribe.

La Eucaristía fue presidida por monseñor Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín, quien en su saludo inicial destacaba la importancia del acontecimiento eclesial que se conmemora y manifestaba la esperanza por los frutos que producirá en la sociedad y en la Iglesia el reencontrarse con la inspiración, la reflexión y las propuestas de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, de manera especial en el marco de los 150 años de creación que celebra la Arquidiócesis de Medellín.

En el día de santa Rosa de Lima, monseñor Ricardo destacó en su homilía que ella fue un fruto maduro del Evangelio. Ella ocupándose de las cosas de Dios, supo vivir en la fe, en el vencimiento heroico del propio yo, en la lucha espiritual para ser fiel, en la oración hasta los más altos grados de la mística, y en la caridad generosa con los pobres. Así, vivió y murió en la heroicidad del amor.

Asimismo, decía que al recordar la Conferencia de Medellín, es importante este momento en que nos congregamos en un nuevo discernimiento, porque no basta una lectura ligera para penetrar lo que el Espíritu dice a la Iglesia; y por eso es preciso en este momento participar de la doble sorpresa que vivían aquí los obispos hace 50 años: la experiencia del espíritu del Concilio y el compromiso con este continente al que veían capaz de un momento de creación que lo llevara a la paz y la justicia de acuerdo con nuestra historia y nuestra realidad.

De igual manera afirmó que no se puede desconocer la actualidad de Medellín como un movimiento de renovación de nuestra Iglesia en América Latina, como la lectura creyente de los acontecimientos y una interpretación de los signos de los tiempos, como una profundización de la Iglesia, misterio de comunión, y realidad en diálogo con el mundo, como un fuerte impulso pastoral y un gran compromiso con la justicia para lograr una auténtica y perdurable promoción humana, como el fruto de todas las Iglesias particulares del continente que lograron un nuevo anuncio del Reino de Dios.

Finalmente, reconocía que no se pueden desconocer las dificultades actuales, por lo cual la Iglesia está llamada a purificarse, a ir a lo esencial, a construir una profunda unidad, a acrecentar la pasión apostólica, a vivir sus opciones preferenciales por los pobres y los jóvenes

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