Primer encuentro arquidiocesano de asociaciones y movimientos laicales

El señor cardenal Rubén Salazar hizo una disertación sobre el lugar del laico y la posibilidad de asociarse que tiene dentro de la Iglesia. Partiendo de una mirada más amplia, con base en la carta de san Pablo a los Efesios, fue mostrando cómo el designio de Dios para la humanidad es que, en su Hijo Jesucristo, participemos de su vida divina y cómo, siendo bendecidos en el Cielo y en el Espíritu, nos hace ya participes de esa vida divina.

Esto nos constituye en testigos suyos aquí en la tierra de la vida nueva que el Señor derrama en cada uno de nosotros. También recalcó nuestra condición de santidad por ser miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, precisamente porque según el Vaticano II en la Constitución Lumen Gentium, Dios no nos quiso salvar individualmente sino haciéndonos miembros de un pueblo que es la Iglesia; de ahí que la condición eclesial es inherente a la vida del cristiano.

También resaltó que el Bautismo y la Eucaristía son dos sacramentos fundamentales del cristiano ya que por el primero somos incorporados al Cuerpo de Cristo, la Iglesia, y el segundo nos hace y mantiene como Iglesia: “Todos los que comemos de un solo pan, formamos un solo cuerpo” (Cfr. 1 Cor 10). Dentro del cuerpo, conformado por todos los bautizados, hay diversidad de miembros: los bautizados que han sido llamados al servicio en el sacramento del orden y los que se mantienen en su condición de bautizados que, siendo la inmensa mayoría, son los laicos llamados a la misión de ser presencia de Cristo en el mundo, con una muy principal: formar auténticas familias. También son presencia de Cristo en el ejercicio de las profesiones liberales pues están insertos allí donde se construye la sociedad: la política, la economía, la cultura, la educación, etc.

Luego de hacer referencia a la importancia de la vida consagrada, concluyó que las asociaciones y movimientos laicales tiene sentido en la medida en que ayuden al laico en su vocación.

El Vicario de Evangelización, monseñor Jaime Mancera, hizo una breve presentación de la comunión del laico y del camino recorrido en el Plan E y del momento en que estamos: la sensibilización al Gran Giro.

El padre Jorge Humberto Acevedo presentó su saludo como representante de la Arquidiócesis para la vida laical, nombrado por el señor Cardenal.

El presidente del Consejo de Laicos de la arquidiócesis de Bogotá – CLAB- hizo una exhortación para que todos los movimientos y asociaciones se mantengan en la unidad de la Iglesia local arquidiocesana y participen mancomunadamente con las parroquias y vicarías de la misión de la misma.