Iglesia en construcción, Iglesia que construye

La Vicaría, que está recién creada, lleva el nombre de la santa patrona de la arquidiócesis de Bogotá, una joven mujer que dedicó su corta vida a ser auxilio de los más pobres.

Conocer estas nuevas parroquias es enfrentar la realidad social de Bogotá y, por extensión, la de Colombia.

Familias rotas por la violencia social, el desplazamiento, la guerra, las adicciones, el abuso, la maternidad precoz y atizadas por la falta de estudio, oportunidades y esperanzas.

Al recorrer las calles empinadas, polvorientas, serpenteantes se encuentran muchos niños con sus perros, con juguetes desvencijados, pero con caras felices; ancianos con el cansancio de la vida en los ojos tristes y jóvenes, como dice la canción “y zapatillas por si hay problemas salir vola'o, lentes oscuros pa' que no sepan que está mirando”. 

¿Qué mejor terreno para esparcir la semilla del Evangelio? Es ahí donde debe estar el pastor, entre sus ovejas, con ellas, compartiendo su dolor y su felicidad.

La mayoría de estas nuevas parroquias tienen mucho terreno y muchos fieles, pero no tienen recursos, algunas ni siquiera templo, cuando más, una capilla de latas o una estructura prefabricada.

Los jóvenes presbíteros ordenados hace menos de un año son quienes están al frente de este reto pastoral, apoyados por sus hermanos mayores y el vicario, monseñor Jorge Acevedo.