“Dios mío, en tus manos colocamos este día que ya pasó y la noche que llega”

Este programa  se ha identificado al finalizar su emisión  con la frase “Dios mío, en tus manos colocamos este día que ya pasó y la noche que llega”, del padre Rafael García Herreros quien fue el fundador y conductor del programa por 33 años.

 “Aunque no sabía si seguir con esa especie de oración de la noche, cuando la dije las personas me llamaron a decirme que se habían sentido más unidas al padre y que de esa manera lo recordaban”, expresó para una entrevista en El Espectador, el padre Diego Jaramillo, actual presidente de la Organización El Minuto de Dios y presentador de este espacio.

A través del programa El Minuto de Dios en radio y en televisión, el Padre García-Herreros  despertó la conciencia social del país y promovió una fuerte colaboración de los ricos a los pobres, lo que algunos denominaron la revolución pacífica de los años 50´s.

Desde el 10 de enero de 1955, el padre Rafael García Herreros comenzó a transmitir para los colombianos una breve reflexión espiritual cargada de sentido social, que ha acompañado al país todas las noches y que dio origen a lo que es hoy la Organización Minuto de Dios, conformada por siete empresas sin ánimo de lucro, con las que se han construido miles de casas, colegios, una universidad, un teatro y un museo de arte contemporáneo.

Celebrar 60 años del programa Minuto de Dios, significa reconocer que a través de la televisión pública y privada es posible anunciar el Evangelio, con breves reflexiones que se centran en el amor a Dios, su misericordia, la caridad a los pobres y con mensajes para ver la realidad que acontece en Colombia y en el mundo desde la fe.

“En esos 65 años en radio y 60 en TV, el padre Rafael García-Herreros desarrolló una labor muy importante sembrando semillas de paz a través de la televisión y de acciones concretas, pues trazó las sendas para que hoy mostremos resultados tangibles con miles de casas construidas, de oportunidades de educación, trabajo para los pobres, campañas de paz, de amor, de servicio y de solidaridad” manifiesta el padre Diego Jaramillo, su sucesor.

Así mismo, lo explica el padre Camilo Bernal Hadad, director mundial de la Congregación de Jesús y María, a la cual pertenecía el padre García Herreros: 

“Utilizando un instrumento, un medio como la televisión, el padre Rafael comunicó sus ideas de construir una comunidad de Dios basada en la educación y en el trabajo; mostró su pasión por servir a los pobres, a la gente marginada y empezó a utilizar la televisión para hechos tan  puntuales como darle vivienda a los más necesitados”.

  Curiosidades en torno al programa en 60 años

·        Los directores históricamente han sido dos: el padre García-Herreros y el padre Diego Jaramillo. En ausencia de los titulares, han sido reemplazados por sacerdotes como Bernardo Vergara, John Mario Montoya, Mario Hormaza y Camilo Bernal, todos de la Comunidad de Jesús y María, conocida también como comunidad Eudista.

·        Los mensajes polémicos: este espacio televisivo ha abordado a lo largo de sus 60 años al aire, temas tan polémicos para el país como: la pena de muerte como alternativa ante la oleada de violencia de los años 50´s y 60´s, la corrupción en entidades estatales, la ineficiencia en la justicia, cobros indebidos en la educación, paternidad irresponsable, narcotráfico, terrorismo y guerrilla, entre otros.

·        Un espacio que no requiere licitación: En los años 80 se rumoró que el programa sería suspendido, pero el presidente Belisario Betancourt aclaró: “¡este programa se mantiene!, yo dije que ese programa es de Dios, y Dios no tiene necesidad de presentarse a licitación”.

·        Reconocimientos. En junio de 1984 durante la celebración de los 30 años de la TV en Colombia, la Presidencia de la República le concedió la medalla Manuel Murillo Toro, al Padre García-Herreros por su labor al frente del programa de TV.

·         Apoyo permanente. Azúcar Manuelita se convirtió en el patrocinador por excelencia de este espacio televisivo, desde su origen.